-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace fumando esa larga pipa y rodeado de todos esos VHS y esas pilas de diarios? ¿Acaso está armando un archivo personal o hará una donación a un museo?
-Ninguna de las dos cosas, mi estimado amigo. Simplemente estoy por hacer lo que hago todos los días en el bar…
-¿Usted se refiere a holgazanear?
-¡¡¡No sea zopenco!!! A contarle los chismes de la política comarcana… ¿O no quiere que le cuente?
-¡No se me lo sulfure, Eduard! ¡Le puede venir algo!
-No me haga calentar entonces…
-Está bien. Cuénteme el porqué de los VHS y los diarios viejos.
-Me refiero a que son muchos los políticos que ahora critican lo que alguna vez hicieron.
-¿Cómo qué por ejemplo?
-Está el caso de las bajas en la Legislatura.
-Explíquese mejor.
-Lo critican a Jaldo por dejar afuera a los designados por el manzurismo.
-¿Y…?
-Cuando les tocó liquidar a los designados por Fernando Juri, cuando terminó su gestión como Vicegobernador, no les tembló el pulso.
-¿Y eso usted lo tiene en VHS?
-Sipi, y en publicaciones de diarios, incluso que ya no existen como El Siglo.
-Era un gran diario ese, mi querido amigo.
-Me dijeron y pude comprobarlo en la calidad de estas notas de archivo.
-¿Sabe cuál era su slogan?
-No, ¿cuál era?
-Un diario con opinión.
-Lindo slogan.
-¿Y la pipa esa que tiene?
-Se podría fumar la pipa de la paz en el oficialismo provincial con la intervención de jugadores nacionales de peso de cada lado.
-¿En serio?
-Sipi.
-¿Y cuáles serían los dos sectores?
-El albertismo y el kirchnerismo. A ninguno de los dos les conviene la división en Tucumán.
-¿Y a qué lado pertenecen cada uno de los popes tucumanos.
-Usted no aprende ni en la política ni en el bar.
-¿Por qué en el bar?
-Porque ahí le traen la cuenta de lo que consumí en el bar.
