De carteles y cronómetros en la carrera electoral y generosidad sin límites con el conscripto Ricardito

—¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con ese cartel con el número 2 y el cronómetro en mano? ¿Acaso se está preparando para ir al MotoGP en Termas?

—No, mi estimado amigo. Ese no es un laburo que pueda hacer bien. Se lo dejo a los que realmente están preparados.

—¿Y qué tienen que ver esos elementos?

—Estoy por hablarle de la política comarcana, como siempre.

—¿De qué se trata, Eduard?

—Este cartel indica dos vueltas…

—¿Dos vueltas?

—Sipi.

—¿De qué son esas dos vueltas?

—Es la ventaja que le lleva el piloto al Loco Monedita en la carrera por la candidatura 2023.

—¿Tanto le lleva?

—Sipi, lo tengo cronometrado.

—¿Y él lo sabe?

—Sipi, al punto que en su desesperación quiere dar lo que sea para sumar al conscripto Ricardito.

—¿Lo que sea?

—Sipi.

—¿Qué ofreció, por ejemplo?

—Dicen las malas lenguas que la intendencia.

—Pero, si él no puede repetir.

—Sipi, pero muchos anticipaban que podría ir la mujer, aunque eso no sería viable.

—¿Por qué?

—Porque ella no tira del carro electoral y el Loco Monedita lo pagó caro con la última testimonial.

—Y encima, Sandro sí asumió.

—¿Qué Sandro?

—Roberto Sánchez.

—Como dicen ustedes los tucumanos: Ta muy bobina.

—Y bueno, una vez que yo le haga la chanza a usted.

—Está bien, se la perdono porque se me antoja una pizza.

—Ya sé. La pedirá a mi cuenta.

—No, la pagaremos a medias.

—¿Y por qué tanta generosidad?

—Porque ya me comí una calabresa y tomé una birra a su cuenta.

—¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!

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