Macri preocupado

El consultor político Carlos Fara advirtió el crecimiento de ese tipo de sensaciones en la sociedad argentina,como consecuencia del rumbo que le está dando a la economía la actual gestión de Mauricio Macri. La pérdida de imagen es lo más preocupante.

En su reciente columna política de Perfil, el columnista Carlos Fara sentencia que “definitivamente se ha instalado un clima de decepción y angustia en la mayoría de la sociedad argentina”.
Para sostener esa afirmación, el especialista argumenta que esta situación es consecuencia directa de la mezcla de variables económicas descontroladas. Para Fara, hay que diferenciar las cuestiones superficiales de las profundas, en lo que hace a la situación por la que atraviesa nuestro país, porque considera que el problema es más importante en cuanto a su profundidad.
El consultor político señala dos problemas esenciales que desembocan en este actual cuadro de situación:
1) – La pérdida de confianza en un liderazgo presidencial que se ha desdibujado de la mano de la sensación de improvisación y falta de suficiente muñeca para pegar volantazos.
2) – El regreso una vez más al Fondo Monetario Internacional (FMI) es toda una señal de “otra vez sopa” para el imaginario argentino, más allá de la necesidad objetiva que podría haber existido.
En la opinión de Fara, estos dos aspectos fueron los que hicieron que el Gobierno llegara a su punto más bajo de aprobación desde que asumió.
En cuanto a la posibilidad de revertir esta imagen negativa, sostuvo que “esta vez le costará reponerse más que nunca, ya que se ha vencido el crédito otorgado en la elección legislativa del año pasado. Mucho más aún cuando los meses que vienen serán quizá los peores de la era Macri, con estanflación. Eso hará que 2019 asome mucho menos optimista de lo que todo el mundo imaginaba hasta sólo seis meses atrás”.
Fara observa que el gobierno nacional no está tan compacto, por la necesidad de algunos dirigentes de salvarse de la desaprobación del electorado. Señala entre los más preocupados por esta situación a la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, pese a que en varias oportunidades negó apetencias de ocupar el “Sillón de Rivadavia”; y al propio jefe de Gabinete, Marcos Peña, al que muchos dentro de la coalición Cambiemos opinan que se le dio demasiado poder y que ejerce mucha influencia en las decisiones desacertadas de Mauricio Macri. Sin embargo, acá también se podría incluir a la diputada nacional y principal aliada del Presidente, Elisa Carrió.
“Parecería que la mesa presidencial ya no está tan compacta, y eso es porque ahora empieza a contar la suerte individual de cada uno de sus integrantes. Y la gobernadora y el jefe de Gabinete quieren preservarse de la mancha venenosa que significa hoy la gestión presidencial. ¿Esto significa que se rompió?”
Esa pregunta que pone nerviosos a muchos es respondida por el propio Fara, quien señala que “en absoluto. Pero en las crisis es cuando se puede observar cuánta unidad conceptual hay en un equipo. Y en este equipo están de acuerdo en los conceptos básicos, pero la tormenta superó lo esperado. Cualquier gobierno tiene etapas graves que afrontar. El punto es cuándo eso obliga a la cabeza a hacer revisiones que están más allá de los nombres y de su voluntad”.
Si en definitiva, como dice el consultor político, la cuestión va más allá de los nombres que integran el gobierno y de la voluntad del Presidente, la cuestión parece más decepcionante y angustiante que lo que se siente en el ámbito nacional.

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