Según ratificó la Justicia, compraron y vendieron un terreno en el Sur, “a precios exorbitantes para blanquear dinero”.

Para la Justicia ya no hay dudas: la operación inmobiliaria que vincula a Lázaro Báez y Cristóbal López “se trata de una maniobra de lavado de activos”. Así lo corroboró el juez Sebastián Ramos después de recibir una gran cantidad de documentación proveniente de Comodoro Rivadavia, ciudad de origen del dueño del Grupo Indalo y donde se encuentra el terreno investigado.

La noticia no hace más que ensombrecer un presente ya oscuro para ambos: Báez y López están presos en el Penal de Ezeiza, en el Pabellón 6 e integran el programa que aloja a detenidos por casos de corrupción.

Durante años, los empresarios preferidos de los Kirchner mantuvieron una sorda pelea interna. Por la relación con la entonces familia presidencial y por el origen de cada uno. López siempre remarcaba que él era “empresario antes de conocer a los Kirchner”. Báez está claro que no: trabajaba como empleado bancario antes del desembarco K en la Rosada.

Pero más allá de guerra de pedigrí, ambos vieron crecer sus fortunas exponencialmente durante la era kirchnerista. También, con diferentes tiempos, coincidieron en una caída abrupta y hoy directamente comparten la prisión.

Ahora, una causa vuelve a juntarlos en una investigación. Es por la transacción de un terreno de 3.200 metros cuadrados en Comodoro Rivadavia que comercializaron entre ellos y que, para la Justicia, constituye una clara maniobra de lavado.

¿Cómo fue la operación? En Comodoro Rivadavia, de donde es oriundo López, se realizaron sucesivas compraventas “en escasos meses de diferencia con sobrevaloración exorbitante de un inmueble”, había denunciado la ex diputada Margarita Stolbizer y confirmó el juez Ramos.

“Se simuló una venta con precios exorbitantes para blanquear fondos, mientras ambos eran contratistas del Estado”, indicaron fuentes de la causa.

Se trata de un gran terreno ganado al mar identificado como “Lote 1 de la manzana 61 A”, que cuenta con una superficie de 3.200 metros cuadrados. Este inmueble perteneció inicialmente a Servicio Integral Alem SRL, una firma de Lázaro Báez dedicada a la venta de cubiertas y accesorios para vehículos, además de venta de combustibles.

Fue a fines de marzo de 2014, cuando en una reunión de socios, ya que Báez es dueño del 95% de las acciones y Jorge Bringas del 5% restante, firmaron un acta para aprobar un acuerdo con la Municipalidad de Comodoro Rivadavia. A través de dicho convenio, la intendencia le permitió a Báez comprar el lote de una forma particular: el Ejecutivo local cedería el lote a cambio de la realización de la obra de pavimentación de una calle la ciudad chubutense. En total eran dos cuadras que fueron cotizadas por $ 875.454.

El terreno, según corroboró el juez, se entregó a cambio de estos trabajos a una empresa que no se dedicaba a la obra pública “ni tenía los recursos materiales y humanos para realizar la pavimentación de una calle”.

Sólo un mes después, en abril de 2014, los dueños de Integral Alem SRL, acuerdan ceder los derechos sobre el inmueble, argumentando que necesitaban fondos para “las actividades de la empresa”.

En junio de ese año aparece en la operación López. La firma Inversora M&S SA (investigada por no pagar a la AFIP junto a Oil Combustibles 8.000 millones de pesos), compra el terreno por 1.000.000 de dólares. El pago inicial fue de 600.000 dólares y el saldo a los se pagaba a los seis meses o cuando el municipio entregaba el título de propiedad definitivo.

Así, la empresa de Báez celebró el acuerdo de cesión con una sociedad de López. El boleto se firmó el 11 de junio de 2014 y en él consta que el municipio vendió el inmueble y que como forma de pago, la empresa de Lázaro Báez “ofreció la ejecución de una obra pública y que la misma había sido completamente ejecutada”.

fuente: clarín

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