Leo Jara, el héroe de la jornada, celebra el 2-1 de Boca sobre Tigre. (Marcelo Carroll)

En la Bombonera, se impuso 2-1 con un gol de Jara en tiempo de descuento y estiró a 8 su ventaja en la cima. El miércoles va por la Supercopa.

El desahogo llegó en forma de grito y la Bombonera explotó sobre el final. Leonardo Jara se estiró como un chicle para ponerle la punta del botín derecho al centro de Wanchope Ábila y sellar el 2-1 de Boca sobre Tigre cuando al reloj de arena ya le quedan apenas unos granitos. El triunfo -agónico- sirvió para estirar a 8 puntos su ventaja en la cima de la Superliga. Pero sobre todo para que la adrenalina corra por las venas y el equipo llegue con todo a la final del miércoles, frente a River, por la Supercopa argentina.

Quite de Barrios, pase de gol a Wanchope, centro y Jara que se tira para meterla como la hubiera empujado cada uno de los hinchas que alentaba en la Bombonera. Y Guillermo que se manda un grito de campeonato, saltando. Y todos los jugadores que arman una montaña de alegría para ese 2-1 que parecía que no iba a llegar, después de que Tigre empatara en la única que había tenido, a los 40 y pico. Pareció de película, como preparado, para ese festejo final a pura alegría y emoción, poniendo el ánimo ahí arriba de cara el superclásico/Superfinal del miércoles.

Boca ganó y lo mereció. Tuvo chances, pero Tevez no estuvo afilado. Se le complicó y sobre todo en el segundo tiempo, hasta que Pavón pudo picar en una al vacío y fabricó el penal que parecía la llave de la Victoria (gran conversión de Cardona) y del desahogo, para mantener de mínima los ocho de diferencia con el segundo. Pudo llegar el 2-0 por un zapatazo de Nández, pero no. Y justo después de que saliera Carlitos, Tigre pudo tocar cerca del área, llegó el centro desde la izquierda, el rechazo y el empate milagroso de Tigre. ¿Y ahora? ¡Qué momento! Incertidumbre y nervios, mucho nervio: tras la derrota con Argentinos, otros dos puntos en el camino…

Con ese empate, Tigre se animó un poquito y atacó. Y justamente desde el área de Boca llegó la contra para el 2-1. Primero se lo perdió Bebelo (entró por Pérez, quien estaba amonestado y sintió el desgaste) y enseguida robó el león Barrios en la puerta del área, con ese pase de 10 a Wanchope y la explosión de Jara entrando como 9, tirándose al piso. ¿Cómo jugó Boca? Tuvo el protagonismo, buscó siempre, pero le costó el ordenado y cerrado Tigre. Por momentos le pesó el partido y en el fragor fue acumulando amonestados de Fabra, Cardona (ambos la quinta), Pérez y Pavón.

Hubo desgaste, físico y emotivo de los titulares que el miércoles tienen la Supercopa. Jugó a mil, llevó el peso del partido. Y lo que era un 1-0 ajustado fue más mucho simbólico que eso: un 2-1 sufrido, ganador, de puntero absoluto para estar con ocho de ventaja. Una victoria a lo Boca, de ésas que se sueñan más allá del rival, empujándola en el descuento y con toda la Bombonera encendida.

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