El Decano derrotó por 2-1 al Calamar y está de nuevo en la cima, a la espera de que este jueves Boca no le gane a GELP.

No podía ser sin emoción. Atlético Tucumán le ganaba a Platense desde el primer minuto de juego pero los nervios y el cansancio le jugaron en contra y terminó sufriendo hasta el final contra un rival que en el PT lo había empatado en un ataque aislado y en el final estuvo cerca de lograr 2-2 más por empuje que por fútbol. Pero lo más importante es que el equipo de Lucas Pusineri logró el objetivo de sumar los tres puntos y volvió a ser el líder de la Liga Profesional al menos hasta este jueves, cuando Boca visite a Gimnasia La Plata.

Atlético salió a la cancha con la pesada obligación de ganar para volver a la punta del campeonato y se sacó esa mochila en su primera llegada al área rival, con un preciso derechazo de Carrera. El 1-0 liberó al local, que se adueñó del control del juego y avanzaba con comodidad hacia una diferencia mayor. Sin embargo, la defensa se durmió en un centro bajo sin potencia y sufrió el golpe de un empate que en ese momento parecía imposible porque Lampe apenas había tenido trabajo con los pies.

La euforia inicial de los más de 30.000 fanas tucumanos se transformó en un tenso silencio, incertidumbre y preocupación. No sólo por el resultado sino porque los motores del equipo se apagaron: Carrera perdió dinámica y verticalidad porque empezó a sentir molestias físicas, Pereyra se quedó como lamentándose que su espectacular tiro libre, casi idéntico al de Juanfer Quintero contra Argentinos , reventó el travesaño y no se metió en el ángulo como el del 10 de River. Y Coronel se desconectó del circuito ofensivo a pesar de que nunca dejó de tirar diagonales y picar al vacío.

Esa tregua aumentó la confianza (o comodidad) de Platense y eso lo traicionó, porque el Decano metió una contra letal y se fue al descanso 2-1 arriba con un golazo de Coronel.

En el segundo tiempo Pusineri priorizó el orden defensivo, el despliegue físico y la simpleza en el juego para que el equipo no padezca otra recaída y termine la noche en la cima del campeonato bajo la lunita tucumana. Y con la ilusión de que el Lobo ejecute su versión más feroz en La Boca para bajar al candidato natural al título en esta instancia.

 

 

 

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