Por Manuel Rivas* – Director Diario Cuarto Poder | Bastó que un periodista español se hiciera eco de un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), y señalara que Argentina es la nueva cara de la desnutrición y la inseguridad alimentaria, para que se tomara real conciencia de las consecuencias que tienen los actuales índices de pobreza sobre la alimentación de una gran porción de la población.

Una nota del Diario El País de España

Cuando Jorge Galindo, columnista del prestigioso diario español El País, sostuvo que la situación de desnutrición e inseguridad alimentaria está directamente atada a los niveles de inflación por los que atraviesa Argentina.

El periodista cargó las responsabilidades tanto sobre Mauricio Macri como su antecesora Cristina Fernández.

En lo que hace al incremento de los precios trazó un paralelismo con Chile, al señalar que en nuestro país aumentan los precios de manera mensual, lo mismo que lo hace el país trasandino en el período de un año.

La inutilidad contra la inflación

Ese ejemplo es el reflejo de la falta de solución a la inflación, un problema al que Macri señalaba como un signo claro de incapacidad para gobernar.

Preso de sus propias palabras, Macri ha demostrado su impericia para darle un punto final a este problema que preocupa a los argentinos tanto como los niveles de inseguridad.

La clave: inseguridad alimentaria

Pero quizás lo importante del artículo es la aparición del término “inseguridad alimentaria”, que tiene relación con la incertidumbre que padecen millones de argentinos a la hora de comer.

Resulta que una gran porción de la población argentina no tiene idea de qué es lo que comerá, ni siquiera en el mismo día y menos en la semana.

Hay una gran incertidumbre alimentada por una inflación descontrolada, la devaluación de la moneda y su constante pérdida del poder adquisitivo y los altos niveles de desempleo que se registran en una gestión que no dio pie con bola.

La utopía de la pobreza cero

Lejos quedaron las promesas de la campaña presidencial de 2015, en donde Macri prometía “Pobreza Cero”.

Hasta las propias mediciones del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), que el actual presidente destaca un sinceramiento con respecto a los índices del “kirchnerismo”, señalan un crecimiento sostenido de la pobreza.

A ello se suma la proyección del Observatorio de la Deuda Social, de la Universidad Católica Argentina (UCA), que no sólo proyectó un 35% de pobreza sino que lo tradujo en unos dos millones de nuevos pobres en lo que va de la gestión “macrista”.

Efectos durativos en el tiempo

Más allá de las culpas cruzadas que puedan ensayar desde intereses netamente electorales, la cuestión pasa por hacerse cargo del actual estado de situación y alcanzar soluciones que atenúen las consecuencias de la mala alimentación, en especial en niños y jóvenes.

En ese sentido, hay que recordar que la desnutrición genera retardo en el crecimiento y el desarrollo psicomotor, mayor riesgo de morbilidad con efectos adversos a largo plazo, incluyendo disminución en la capacidad de trabajo físico y en el desempeño intelectual en la edad escolar, la adolescencia y la edad adulta, lo que repercute en la capacidad del individuo para generar ingresos.

También hay que tener en cuenta que, en ocasiones, incrementa la propensión a enfermedades como obesidad, diabetes, hipertensión, dislipidemias e incapacidades.
Igualmente, la desnutrición durante los primeros años de vida, a través de sus efectos adversos en el crecimiento durante la infancia de las mujeres, tiene efectos negativos en el peso al nacer de la siguiente generación.

Condicionante para los futuros adultos

El desarrollo del cerebro también puede verse afectado directa o indirectamente como consecuencia de desnutrición infantil.

Si la mitad de los niños argentinos está afectada por la mala alimentación, los futuros adultos se encuentran fuertemente condicionados.

Es por ello que toma mayor relevancia la opinión de Galindo, el columnista español que destapó la olla, cuando señala que la economía no se reactiva en Argentina.

Urgente cambio de rumbo

Quizás sea el momento de cambiar el rumbo y darle pista a quienes realmente saben lidiar con las crisis de la economía.

En ese sentido, asoma como una verdadera alternativa la propuesta de Roberto Lavagna, quien desde el espacio Consenso Federal, realiza una serie de propuestas superadoras en donde la clave pasa por recuperar el poder adquisitivo perdido por los argentinos como consecuencia de la inflación.

*Profesor de Letras e Historia, escritor y periodista

 

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