A diferencia de aquellos que padecen las consecuencias del aislamiento obligatorio en el exterior y piden ser repatriados, ellos quedaron atrapados en distintas provincias y quieren que el Gobierno les otorgue un permiso excepcional para volver manejando a sus casas.

A diferencia de muchos argentinos varados en el exterior, muchos de los cuales se fueron de vacaciones a países de riesgo después del 13 de marzo cuando empezaron las primeras medidas de restricción y aislamiento social, hubo otros que tuvieron que trasladarse antes de esa fecha por distintas ciudades argentinas y por diferentes cuestiones.

La particularidad de ellos es que no buscan ser “repatriados” sino que el Gobierno les otorgue un permiso especial para poder circular por las rutas nacionales en sus propios autos y así volver a poder sus provincias.

Si bien el decreto oficial del cierre total de las fronteras argentinas rige hasta el 31 de marzo, el presidente Alberto Fernández explicó que habrá excepciones con aquellos casos que lo justifiquen y le ordenó a Cancillería que trabaje en conjunto con las Embajadas y Consulados en busca de soluciones.

Frente a esta situación, ellos se muestran esperanzados en que los municipios y las Casas de las Provincias también los ayuden para que puedan terminar de hacer la cuarentena en sus hogares.

“Nadie nos da respuesta, ni solución. El decreto no contempla nuestro caso. Hablamos con funcionarios de La Cumbre, llamamos al 134, la comisaría de allá, Gendarmería, Desarrollo Social, Turismo y la Casa de Córdoba para apelar a que alguien del Ejecutivo o de los ministerios nos pueda dar un salvoconducto para retornar a nuestra casa en nuestro vehículo”, contó a Infobae Juan Ignacio Garzón (37), quien llegó hace más de dos semanas a la Ciudad de Buenos Aires junto su esposa y sus dos hijos, de 10 y 15 años, para cuidar a su suegro que había sido internado en grave estado el 11 de marzo en el Sanatorio Anchorena de San Martín.

“Mi suegro, que es un paciente inmunosuprimido, entró en un coma farmacológico por una falla multiorgánica porque se dializa. Nada tenía que ver con el coronavirus. Los médicos nos dijeron que era muy difícil que sobreviviera al fin de semana por lo que decidimos viajar con toda la familia hacia Buenos Aires para despedirnos de él. Desde que llegamos tomamos todos los recaudos sanitarios porque como mi mujer era la única que lo visitaba en la terapia intensiva se aseguraba de no ingresar ningún tipo de germen”, relató Juan.

Cuando el Presidente dio a conocer el decreto del aislamiento social obligatorio “apenas faltaban tres horas para que entrara en vigencia y nosotros nos encontrábamos a 9 horas de Córdoba” por lo que les resultó imposible movilizarse. “Vinimos con lo puesto porque supuestamente a mi suegro le quedaban pocos días de vida y después por suerte empezó a mejorar”, resaltó la mujer.

Actualmente están hospedados en el barrio porteño de Palermo, en un departamento que alquilaron por Internet y les cuesta 18 mil pesos por semana. “Económicamente es insostenible. Encima tuvimos que soportar que los vecinos nos denunciaran ante los dueños de la propiedades porque no querían que estemos más en el edificio y pedían que nos volviéramos a nuestra provincia. De acá nos quieren sacar y encima no hay posibilidad de alquilar en ningún lado. Estamos desesperados”, admitió el hombre, quien rogó porque el Presidente antes de prolongar la cuarentena “deje abierta una ventana de aunque sea algunas horas” para que la gente pueda trasladarse hasta sus casas en el interior del país.

A Rodrigo Mercado (29), la cuarentena total lo sorprendió en Córdoba Capital adonde había viajado desde Bariloche para visitar a su hijo de un año y ocho meses que vive con su mamá, de la cual está separado.

“El lunes 16 me tuve que presentar en tribunales para una audiencia por el tema de cuidados y alimentos del nene. Y como cada vez que vengo me quedo unos días para estar con él tenía pensado enganchar el fin de semana largo. Pero el jueves 12 el Presidente declaró el aislamiento obligatorio y me tuve que quedar”, relató el joven a Infobae, quien se encuentra hospedado en la casa de unos amigos en Villa Carlos Paz.

Tras conocer la medida, lo primero que se le pasó por la cabeza fue ir en busca de su hijo para -al menos- poder compartir sus días con él hasta el 31 de marzo. “Una vez que logré arreglar eso con la mamá, la policía cordobesa me advirtió que si bien los padres separados estaban autorizados para ir en busca de sus hijos después me iba a encontrar con el problema de que no me iban a dejar ingresar a Carlos Paz porque mi domicilio es de Bariloche. Entonces desistí”, contó.

Rodrigo es de Bariloche y quedó varado en Córdoba Capital cuando fue a visitar a su hijo, que vive con la mamá
Rodrigo es de Bariloche y quedó varado en Córdoba Capital cuando fue a visitar a su hijo, que vive con la mamá
Para llegar a Córdoba, Rodrigo tuvo que circular por San Luis, La Pampa, Neuquén y después Río Negro. “Por la tele veía como todas las provincias iban cerrando sus rutas y acceso y no me animé a volver por temor de quedar varado en algún lugar, a mitad de camino”, admitió con resignación este electricista y profesor de secundaria.

Como él no quiere transgredir ninguna regla y prefiere moverse de acuerdo a lo que dicta la ley, se comunicó con Defensa Civil de Bariloche para saber si estaban otorgando permisos excepcionales para que aquellos residentes que desean a ingresar a la ciudad.

“Me dijeron que tengo que solicitar el permiso de un ente nacional porque para volver tengo que pasar por varias rutas provinciales y puedo llegar a tener problemas. Entiendo que es algo nuevo para todos, tanto para nosotros como para las fuerzas de seguridad, pero cada vez que llamo para preguntar todos me dicen cosas distintas. Hay muchos grises, nadie la tiene bien clara con el tema y no sé cómo proceder”, se lamentó.

A Belén Falcioni (26) y a Darío Parodi (25), una pareja oriunda de zona oeste, el aislamiento obligatorio los agarró en Bariloche cuando tenían planeado seguir rumbo hacia San Martín de Los Andes y Villa Pehuenia.

“Salimos de El Palomar hace un año y dos meses. Viajamos en nuestra camioneta motorhome y llegamos a Bariloche a mediados de noviembre para trabajar acá durante la temporada de verano hasta el 29 de febrero. Yo hacía recreación en un hotel y Darío mechaba su trabajo de recepcionista en otro hotel con el una obra en construcción”, contó Belén.

Fuente: Infobae

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