Sólido, sin fisuras, con un rendimiento parejo durante todo el juego y aprovechando el flojo nivel de su rival, el seleccionado argentino masculino de vóleibol le ganó a Cuba 3-0 y consiguió su primer objetivo en los Juegos Olímpicos: ya está en cuartos de final y ahora va por más.
Tras la derrota ante Polonia, el equipo de Julio Velasco necesitaba recuperarse para no perder terreno y lo hizo de la mejor manera con un triunfo cómodo (25-16, 25-14, 25-16) en el Maracanazinho y ante el aliento de cientos de argentinos.
El arranque fue a pura contundencia para Argentina. Salió decidido. Y enseguida la superioridad se tradujo en el marcador. Con un gran trabajo de Sebastián Solé en el bloque el equipo de Velasco llegó a ponerse 10-2 y no tuvo baches en un primer set redondo, que cerró 25-16, apuntalado en el cierre por Luciano De Cecco desde el saque.
Cuba recién pudo ponerse al frente en el inicio del segundo set. Vale recordar que presentan en estos Juegos a un plantel con bajas sensibles, luego de protagonizar un escándalo en Tempere, Finlandia, donde seis jugadores fueron detenidos, acusados de abusar sexualmente a una mujer. En Río, ya habían perdido contra Rusia, Egipto e Irán y apenas habían conseguido un set ante los rusos.
Justamente contra el actual campeón olímpico, la Argentina consiguió dar el salto de calidad que necesitaba y potenciar con un triunfo histórico la victoria inicial ante Irán. Luego, llegó la derrota ante Polonia, último campeón del mundo, que le dio un baño realidad al conjunto nacional. Y contra Cuba había que sellar el pasaje a cuartos, el primer objetivo del conjunto nacional.
Lo hizo con autoridad. Con una defensa sólida de Pablo Crer en el centro, sin la necesidad de arriesgar a Facundo Conte, que arrastraba una molestia física y arrancó como suplente, y acompañados por las imprecisiones constantes de los cubanos, Argentina encaminó sin problemas el segundo parcial y se lo llevó 25-14.

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