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La asesora presidencial Cecilia Nicolini envió hace dos semanas una dura carta a las autoridades rusas: “estamos en una situación muy crítica”. Y amenazó con cancelar el contrato de provisión de la vacuna Sputnik por las demoras en la provisión de las segundas dosis, en una inédita escalada de la tensión bilateral.

“Como mencioné hoy, nuevamente nos encontramos en una situación muy crítica. Esperábamos que las cosas fueran más sencillas, pero han empeorado”. Ese fue el diagnóstico con el que Cecilia Nicolini, asesora clave de Alberto Fernández en materia de vacunas conta el Covid-19, abrió hace apenas dos semanas la carta que le envió a Anatoly Braverman, la mano derecha de Kirill Dmitriev, el CEO del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por sus siglas en inglés), institución que financia el desarrollo del fármaco Sputnik V.

La misiva plantea la “urgente” necesidad que tiene la Argentina por recibir el componente 2 de la vacuna rusa, indispensable para completar los esquemas de vacunación en aquellas personas que recibieron la primera dosis hace más de 90 días.

Reclamo con fuerte tono

En tono de reclamo, exige el cumplimiento del contrato firmado con el Instituto Gamaleya, al que acusa de no haber entregado ni siquiera el mínimo de las unidades pautadas.

El periodista Carlos Pagni explica que más allá de las dificultades para conseguir el componente 2, todo el contrato con el RDIF y con Human Vaccine, una empresa creada por ese fondo para vender la Sputnik V, está al borde de naufragar.

Todavía necesitamos la vacuna

Nicolini se lo dice en estos términos a Braverman: “…Todavía necesitamos recibir las dosis pendientes del Componente 1. Tal como lo indica el contrato, todavía tenemos pendientes de recibir 18.734.185 dosis (5,5 millones C1 + 13,1 millones C2). Aún estamos esperando el cronograma de entrega de Julio que Usted también acordó enviarnos en esa llamada. Pero no lo recibimos. En algún punto, podríamos pensar en recibir más componente 1 que 2, o pensar nuevas estrategias, pero urgentemente necesitamos algo del componente 2. A estas alturas todo el contrato está en riesgo de ser públicamente cancelado. Nosotros entendemos el faltante y las dificultades de producción de algunos meses atrás. Pero ahora, siete meses después, todavía estamos muy atrás, mientras estamos empezando a recibir dosis de otros proveedores en forma regular, con cronogramas que se cumplen”.

Sensibilizar a Putín

El párrafo siguiente tiene un matiz enternecedor: Nicolini intenta sensibilizar, tal vez presionar, al hombre de Vladimir Putin al informarle: “Recientemente emitimos un decreto presidencial que nos permite firmar contratos con empresas americanas y recibir donaciones de los Estados Unidos. Las propuestas y entregas son para este año y también incluyen vacunas pediátricas, lo que es otra ventaja. Le pedimos a su equipo que comparta un protocolo para uso pediátrico que nos permita ejecutar un estudio aquí, pero todavía no recibimos nada”. El pasaje sugiere algo así como “si nos siguen ignorando nos vamos con los Estados Unidos”. Una insinuación significativa, que confirma lo que se sabe: la estrategia de vacunación está guiada por criterios geopolíticos, acaso más que sanitarios. Un aspecto que ilumina de nuevo la resistencia a comprar vacunas norteamericanas, sobre todo la del laboratorio Pfizer, única autorizada para uso pediátrico.

Franqueza total

La contracara de esa reticencia es la franqueza con que Nicolini explica a Braverman que el Gobierno ya no puede hacer más cosas para beneficiar al fondo ruso y al laboratorio Richmond, de Marcelo Figueiras, con el que ese fondo contrató la elaboración local de la Sputnik V.

La transparencia de la asesora es sorprendente

“Finalmente, la producción local fue un gran paso para todos nosotros. Nuestro Presidente participó del evento de lanzamiento, incluso esperando por más de 2 horas. Nosotros estamos muy felices y con gran apoyo a Richmond. Solo le pedimos que tenga los primeros resultados antes del 9 de julio, ya que es una fecha muy importante para nosotros, el Día de la Independencia, lo que es muy significativo. Richmond envió las primeras dosis para pasar el control de calidad el 16 de junio. Nos habían dicho que este proceso podría demorar entre 10 y 15 días. Es 7 de julio y todavía no está listo y no estará listo para el 9 de julio, como el Presidente les pidió amablemente, teniendo en cuenta los días que se necesitan. Las dosis están en Rusia por más de 21 días ahora… nosotros esperamos que Usted ponga especial atención a esto, que fue el único y más importante pedido del Presidente Fernández y fue, otra vez, una decepción para él y para el país”, señala la carta.

 

 

fuente: lanación.

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