Alperovich se juega su futuro político y algo más

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Futuro político en juego | Por Manuel Rivas. Desde el 17 de octubre del año pasado, José Alperovich está jugando fuerte en materia política, pero lo que podría ser leído como valentía en realidad es un camino obligatorio: no tenía elección.

Una fórmula que no se toca y la salida del PJ

La confirmación de la fórmula provincial en aquel acto por el Día de la Lealtad en el Hipódromo, y ante dirigentes justicialistas del país, lo dejaba fuera de una foto en la que sólo cabían Juan Manzur y Osvaldo Jaldo.

Luego vino el anuncio de la candidatura por fuera del Partido Justicialista por parte del senador nacional, y el alejamiento, con licencia casi impuesta, de la presidente partidaria y esposa de Alperovich, Beatriz Rojkés.

Otra conducción partidaria y años sin aprender

Los vientos cambiaron cuando el PJ determinó que su presidente fuera el propio Manzur, con un Jaldo participando además de la mesa chica de la conducción partidaria, la que fue completada con otros dirigentes.

Una derrota total, que denota que en los doce años de mandatario inserto en el justicialismo, no aprendió nada de sus pares, muchos de los cuales reniegan del ex radical y ahora casi, ex peronista.

Los “paladares negros” lo dejaron

Posteriormente, el olfato de muchos de los que se declaraban en los tiempos del poder, “paladares negros del alperovichismo” o calificados simplemente como obsecuentes, hizo que abandonaran al otrora “macho alfa”.

Es así que casi en fila o al unísono, muchos dieron a conocer públicamente su apoyo a la fórmula oficial integrada por Manzur-Jaldo. Algunos, en un exceso de puesta en escena, exigieron que todos hicieran lo mismo.

La lealtad tiene fecha de vencimiento

Alperovich conoció entonces, no sólo que la Lealtad en el Peronismo tiene fecha de vencimiento, sino que la soledad lejos del poder duele más. Hace unos días, hasta el propio Sergio “Burra” Mansilla lo abandonó.

Mansilla, quien pasó de ser un arquero regular a hacer carrera política, con senaduría incluida, se pasó a las filas del oficialismo, con tal de garantizar la reelección de su mujer en la intendencia de Aguilares y postularse a legislador.

El uso de la foto con Cristina

Las imágenes de los dedos en V y las bocas en movimiento, cantando la mítica Marcha Peronista -se supone- son la postal de la cosecha vacía de frutos que quiere recoger Alperovich, quien también supo negar a Cristina Kirchner.

El uso de la foto con la ex mandataria la habría molestado y Cristina estaría observando con mejores ojos un acercamiento con el gobernador Juan Manzur, quien pidió unidad en el Justicialismo pero con Cristina adentro.

La decisión de conformar un frente

La última decisión del PJ de aprobar la formación de frente con Unidad Ciudadana, el partido de Cristina, fue el último golpe para Alperovich, que se quedaría mirando como José Vitar y Hugo Cabral, terminan siendo los satélites de Cristina.

El desafío de Manzur para que participe de internas sólo fue el broche de oro de una decisión partidaria que le puede poner fin a la carrera política de José Alperovich. Muchos afirman, puertas adentro del PJ, que se le acabó la suerte y la billetera.

Un juicio que hace perder el juicio

Además de las preocupaciones propias del año electoral en el que se encuentra, José Alperovich, tiene una aflicción mayor, que es la de no quedar pegado a la sentencia en el juicio que está a punto de finalizar por el crimen de Paulina Lebbos.

Más allá de la famosa hipótesis de los “hijos del Poder”, el senador se encuentra complicado porque quienes están siendo juzgados son ex funcionarios de su gestión. Varios de ellos tenían en ese momento cargos de responsabilidad.

El temor al peso de la sentencia

Una sentencia contundente a esos ex funcionarios dejaría en problemas al ex mandatario, toda vez que no pudo estar ajeno a todas las decisiones y acciones que tomaron para encubrir los hechos que se investigan.

El dolor y la lucha de un padre, como lo es Alberto Lebbos, fueron subestimados por la soberbia propia de aquel poder al que quiere regresar. En definitiva, como dice nuestro título: Alperovich se juega su futuro político y algo más…

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