El fiscal federal Federico Delgado cumplió con el trámite judicial de acusar al ex secretario de Transporte kirchnerista Ricardo Jaime en la causa en la que se investiga la compra de trenes en desuso a España y Portugal. Pero su dictamen excede la formalidad de un mero escrito judicial ya que describe de forma descarnada la operación delictiva: “El Estado fue víctima de un saqueo”, planteó.

Y cómo si esto fuera poco, según Delgado, aquella millonaria y ruinosa compra que hizo el Estado está ligada con la tragedia de Once. Para el fiscal, este es un caso en el que se demostró que “la corrupción mata”.

Está comprobado que además de haber comprado material rodante –buena parte inutilizable- por unos 100 millones de euros hubo pago de coimas que llegó a manos de Jaime y su testaferro Manuel Vázquez. Jaime está preso en el penal de Ezeiza y Vázquez tiene prisión domiciliaria por cuestiones de salud.

El ex Secretario de Transporte de Néstor y Cristina Kirchner fue detenido en abril de 2016 por el juez Julián Ercolini quién está a cargo del expediente por la compra millonaria de trenes chatarra.

El juez dio por concluida la investigación. Una vez finalizada la instrucción de la causa el juez les pregunta a las partes si están de acuerdo con que el caso sea elevado a juicio. Una vez que las partes contestan el juez resuelve. Ercolini le dio vista a la querella en la causa la Oficina Anticorrupción (OA).

Pero Delgado, que tenía turno para acusar luego de la OA, se presentó ante el juzgado para pedir que Jaime, su testaferro Manuel Vázquez, un “prestanombre” llamado Ignacio Soba Rojo y Ricardo Testuri, un ex funcionario de la Comisión nacional de Regulación del Transporte (CNRT), quien inspeccionó el material que fue comprado en Europa.

El ex ministro de Planificación y diputado nacional por el Frente para la Victoria Julio De Vido fue procesado por el mismo caso, y la Sala I de la Cámara Federal no resolvió su apelación. Sin embargo, en el dictamen de Delgado tiene un protagonismo destacado. Para el fiscal fue fundamental la actuación del ex ministro: “Julio Miguel De Vido se reservó el control del desarrollo de los hechos. Se basó en un artilugio. De la mano de la formalidad jurídica delegó en Ricardo Jaime la capacidad de comprometer con su firma los intereses públicos. Pero se reservó el control efectivo de los hechos. Jaime firmaba, pero decidía con De Vido (de hecho, De Vido firmó personalmente dos de los convenios). Quien mejor lo reflejó fue Manuel Vázquez cuando sentenció que Jaime no iba al baño sin pedirle permiso a De Vido”, señaló Delgado.

La compra de trenes europeos fue anunciada como un paso para mejorar el servicio ferroviario.

Fuente: Infobae

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