Yerba Buena: el jardín de las adjudicaciones directas

El intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, sigue decepcionando a los vecinos con las mismas acciones que realizaba su antecesor. Esta vez fue una adjudicación directa por $150.000 para la colocación de carteles señalizadores de tránsito, algunos de los cuales fueron corregidos de la manera más precaria posible.

Cambiar para que nada cambie, uno de los conceptos esenciales del “gatopardismo”. Esa parece ser la senda que comenzó a recorrer, desde el propio inicio, la gestión del joven Mariano Campero al frente del municipio de Yerba Buena. Especialmente cometiendo los mismos desaciertos que le criticaba a su antecesor, Daniel Toledo.
Uno de los “caballitos de batalla” en tiempos electorales lo fue, sin duda, el tema de las adjudicaciones directas que el “alperovichista” se cansó de realizar durante su mandato. Sin embargo, a poco andar, se convirtió en una de las acciones más recurrentes de la corta gestión en la “Ciudad Jardín”.
El último escándalo en la materia fue la adjudicación directa en la compra de carteles indicadores de tránsito, para lo cual el intendente Campero destinó la suma de $150.000. El titular del Ejecutivo yerbabuenense seguramente pensó en el fastidio que le provoca a muchos de los vecinos la gran cantidad de desvíos, provocados por arreglos de calzada y otras obras, y para ello consideró que eran de suma urgencia esos carteles indicadores; pero sucede que los habitantes de esa ciudad encuentran un fastidio mayor en el hecho de tener que transitar por calles interiores cuando se podrían haber habilitado medias calzadas en las propias arterias principales. Otro de los malestares vecinales tiene relación con los errores en los que se habría incurrido en algunas de esas señalizaciones, los que fueron subsanados de manera precaria, al colocar sobre los datos erróneos de las calles un cartel escrito aparentemente con felpón y a mano. No es para menos enojarse con esta otra desprolijidad, que profundiza el del manejo irresponsable de los recursos públicos, porque el sistema de adjudicaciones directas al que se hizo tan adicto Campero, no genera la sana competencia para alcanzar el mejor precio para las arcas del municipio. Directamente dependen del estado de ánimo o de la preferencia del intendente de la “Ciudad Jardín”.

Planteos judiciales
Y mientras el cambio sigue sin aparecer, se siguen acumulando planteos judiciales, que se reactivarán luego de la feria judicial. Uno de ellos es el que lleva adelante el vecino y dirigente Sebastián Luna, quien denunció a la gestión de Campero por administración fraudulenta y abuso de autoridad, debido a la contratación directa de la firma AXXA CONSTRUCCIONES S.R.L. para la reposición de losas de hormigón en calle Perú desde Roca hasta J.B. Terán, calle las Rosas entre avenida Aconquija y avenida Perón, calle Diego de Villarroel, las Acacias y otras que estén en la zona aledaña a las antes mencionadas, por hasta 1000 metros cuadrados, con un costo de $999 más IVA el metro cuadrado, lo que hizo un total por la obra de $1.208.790.
Luna señaló que el intendente Campero no puede realizar contrataciones directas de este tipo, pese a que se actualizó el tope de la ordenanza que se refiere a esta posibilidad, con un techo de 125.000, los que quedan muy lejos de más del millón doscientos mil que figura en el contrato directo de obra.
“En su campaña electoral, Campero sostenía sobre las adjudicaciones directas que “para combatir esa manera fraudulenta de hacer las cosas, es necesario incorporar un sistema de licitación para adjudicación de obras públicas, velando por la realización transparente de esos procesos”, sin embargo, al llegar a la intendencia, parece que perdió la memoria olvidando sus propios dichos”, recordó Luna.

Consultora “fantasma”
Otra de las cuestiones relacionadas con la adjudicación directa fue la contratación de una consultora, Reale Dalla Torre Consultores SA, que tenía consignado un domicilio inexistente en calle Paraguay 1200 de Yerba Buena. La suma por la cual se realizó la contratación directa asciende a $223.000. En ese momento el tope fijado por la ordenanza 1299 era de $14.999, el que luego de ese escándalo fue llevado a $125.000. El escándalo afectó la imagen de Campero.

Unos $25 millones no pasaron por licitación
En esa especie de balance que realizó el intendente Mariano Campero en las postrimerías del año que finalizó, dio algunos datos que son reveladores de este modo de afrontar la gestión. El propio vecino que lo denuncia por administración fraudulenta, Sebastián Luna, lo afirma cuando dice que “Campero se justificó en su balance que tuvo que licitar en los tres primeros meses porque Yerba Buena parecía Kosovo. También manifestó que 25 millones de pesos no pasaron por licitación, pero lo que estamos denunciando son adjudicaciones directas de los 8 y 9 meses de gestión, o sea que este intendente le miente a los vecinos de Yerba Buena”.
En respuesta a las expresiones que quieren desacreditar las acusaciones, Luna señaló con claridad que “pretende victimizarse argumentando que formo parte de un grupo que quiere desprestigiar a su espacio político. Intendente hágase cargo de sus contratos evadiendo toda ordenanza y leyes. Llegó a la intendencia prometiendo terminar con estas prácticas y no lo hizo”.

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