Falta agua, no hay presión, el agua que sale es sucia, etc. Ese es el el servicio de la SAT denunciado.

Crecen las críticas al servicio de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT). “El agua potable que tengo es la que compro. Estamos pagando por un servicio que no se cumple. No podemos ni lavarnos las manos”, protestó Edith Carrizo. “Vivo sobre la Uruguay, que más que una calle es un verdadero río de líquidos cloacales. El agua es indispensable para la vida, y no la tenemos”, cuestionó la vecina. En otras casas sólo se bañan los que tienen que salir.

No dan más

Un centenar de vecinos se convocó en el Centro Cultural Mercedes Sosa (Roca y Sáenz Peña) para repudiar las deficiencias del servicio de agua que padecen en los más diferentes barrios de San Miguel de Tucumán. Mientras algunos denunciaban en la audiencia las enfermedades que sufren a causa de los reflujos y desbordes de las cloacas, otros contaban que deben elegir si lavan los platos o si se bañan.

“Estamos pagando por un servicio que no se cumple. No podemos ni lavarnos las manos”, protestó Edith Carrizo. “Vivo sobre la Uruguay, que más que una calle es un verdadero río de líquidos cloacales. El agua es indispensable para la vida, y no la tenemos”, dijo otra vecina.

Baja presión del agua

Manuel Fernández dijo que en San José Obrero, en San Cayetano, son 250 familias las que sufren a diario los inconvenientes derivados de la baja presión del agua. Y sostuvo que la cronicidad se remonta por lo menos 20 años.

Su prédica fue coincidente con la de otros oradores: están pagando por un servicio público con el cual, en los hechos, no cuentan. Y agregó que durante el verano deben ir a buscar agua a otros sectores de San Cayetano.

Recolectando en tachos

En idéntico sentido se expresó Graciela Olivera, de barrio El Bosque. Contó que en un solo caño de su vivienda tiene “un hilo” de agua, y que debe recolectar el poco líquido que sale cada día en un tacho para atender las necesidades más esenciales de su hogar.

Otras quejas son por las aguas servidas que abundan en distintos barrio de la capital y sus alrededores.

Durante la audiencia, la vecina Julia Ponce de Gutiérrez comparó la situación que vive Tucumán, respecto de su servicio de agua potable y cloacas, con Venezuela. “El Gobierno maneja todo. Empecemos a levantarnos, no podemos vivir sometidos. ¿Manzur cuida la salud de quién? La de ellos debe ser. El agua está contaminada; todos tenemos que comprar agua”, cuestionó.

Descontrol y tarifas caras

Durante el encuentro, liderado por los usuarios María Elba Ledesma y Raúl Giménez Lascano, se criticó también el cálculo del consumo presunto. Además, se solicitó mayores controles y sanciones a la SAT de parte del Ente Único de Control y Regulación de los Servicios Públicos Provinciales de Tucumán (Ersept). Miguel Ambrosio, que vive en Chacabuco al 2.300, emocionó al auditorio y se quebró al exponer los problemas que le acarrea a él y a su familia no tener un correcto servicio de agua. “Comienza a haber (agua) a la 1 y se corta la 6, no alcanza el agua para todos.

Sólo algunos se bañan

En casa se bañan algunos, según si tienen que salir, o se lavan los platos. Si tienen una guerra entre el gobernador y el intendente (Germán Alfaro), que lo arreglen entre ellos; pero que den soluciones”, exclamó angustiado.

Aráoz se manifestó conforme con la convocatoria y preocupado por las denuncias de la gente. “Todo esto está afectando la calidad de vida”, dijo. Adelantó que conformarán una mesa permanente de reclamos contra la SAT, y que acompañarán los planteos de la gente para monitorear que avancen.

fuente. lagaceta

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