El Ejecutivo mandó un proyecto de ley para duplicar la duración del beneficio de no pagar el impuesto al patrimonio y a la renta. El riesgo de la doble tributación. Las exenciones impositivas son importantes y tentadoras en el vecino país ya que buscan captar inversionistas argentinos desilusionados.

El gobierno de Uruguay que acaba de asumir asegura que su principal preocupación es la reactivación del mercado del empleo. Lo señaló el presidente Luis Lacalle Pou y se lo dijo a Infobae hace unos días la ministra de Economía del vecino país, Azucena Arbeleche.

Atraer inversiones

Uruguay, luego de varios años de estabilidad económica y crecimiento, busca atraer inversiones productivas, para lo cual modificó una ley esencial y flexibilizó los costos de la residencia fiscal.

El pasado 11 de junio Lacalle Pou firmó el decreto en donde flexibiliza aspectos para obtener la residencia fiscal. El primero es que el monto del valor de inversión en propiedades bajó de USD 1,7 millones a USD 380.000 y el tiempo de residencia requerido bajó de 180 días a 60 en un año. Pero el punto más importante es que en el caso de tener una empresa que se quiera radicar, en la previa a esta modificación el interesado tenía que hacer una inversión de USD 5,3 millones y ahora la nueva cifra es de USD 1,6 millones, pero se le agrega la condición de que tiene que garantizar 15 empleos directos.

Lo contrario es Argentina

Ahí la Argentina parece estancada y lista para encadenar otro año de recesión profunda, algunos empiezan a pensar en cruzar el charco y no sólo irse a vivir una temporada a Uruguay sino además radicar su compañía ahí.

El Ejecutivo envió ayer un proyecto de ley en donde se ajustan algunas normas al régimen de residencia fiscal, en particular, lo que refiere a la opción por el Impuesto a la Renta de los No Residentes (IRNR) para los rendimientos de capital mobiliario provenientes del exterior o lo que se conoce popularmente como “vacaciones fiscales”.

Lo que se viene al frente

La norma actual establece cinco años de gracia para el impuesto de bienes personales, pero con la modificación enviada al Congreso, duplica las “vacaciones” y lleva el plazo de gracia a 10 años.

“No se trata del trámite migratorio, que es más complejo. Pero, si la persona solo tiene la residencia fiscal, entra en una situación denominada de doble residencia, y eso lleva a una regla de desempate ante la AFIP. Y este organismo lo que evalúa es dónde la persona tiene su centro de intereses vital, su facturación y dónde vive con su grupo familiar. Por esta razón, es mejor hacer el trámite migratorio, que te saca de la discusión con el fisco argentino”, señala el especialista tributario César Litvin.

 

 

fuente: infobae

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