Con un final cardíaco y una belleza que por fin se sale del estándar, la representante de África se convirtió de manera oficial en la mujer más bella del mundo. Ya no basta con ser linda, sino conocer también el contexto social y político del mundo para coronarse.

Como cada año, Miss Universo se convierte en tema de conversación, ya sea por aquellos amantes al certamen o por los detractores que aparecen cada año para criticar la idea de seguir juzgando a las mujeres por su belleza.

Y es que, en estos días, ha sido la imagen de la mujer en gran parte de Latinoamérica la que ha inundado los periódicos en un sentido y abierto un diálogo contra los feminicidios y la violencia que viven cientos de mujeres a diario.

Pese a todo eso,, el certamen transcurrió con normalidad en el Tyler Perry Studios, en Atlanta, Estados Unidos. Ahí, casi un centenar de mujeres representó a los 90 países para convertirse en la única Miss Universo, siendo la representante de Sudáfrica Zozibini Tunzi, la ganadora indiscutible del ya icónico programa de televisión.

Ahí estuvo Zozibini Tunzi en una reñida competencia más allá de la belleza, pues por primera vez, era ese famoso estándar de belleza roto por una extraordinaria mujer africana que, entre sus prioridades tiene seguir apoyando a la gente de comunidades pobres en aquel continente.

El certamen que al día de hoy evalúa no sólo la belleza física sino el conocimiento del contexto social, económico y político del mundo, se inclinó por la sensibilidad de la sudafricana.

fuente: infobae

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