La primera noche de Paul McCartney en La Plata estaba por llegar al final cuando hubo una visita en el escenario. Leila, una chica de menos de 11 años subió y se acercó al ex Beatle con un oso de peluche en la mano. Ese fue el comienzo de un momento mágico en la noche del 17 de mayo en el Estadio Único.
El inglés de 73 años pensaba que la niña sólo quería llevarse un recuerdo suyo, su peluche autografiado. Pero no. Ella quería más. “Quiero tocar el bajo con vos”, le dijo Leila sin achicarse y sin importarle las 50 mil personas que había entre el campo y las tribunas. “No trajiste tu bajo”, le contestó él. Ella insistió, le señaló un instrumento que había cerca y logró su objetivo: una persona del staff de la figura de la música le calzó el bajo.
 

“Bueno, esto no me lo esperaba”, acotó McCartney y eligió “Get Back” para tocar con su invitada de último momento. Leila compartió el micrófono con el ex Beatle y se lució con su ídolo. Mientras sus compañeros de escuela dormían, ella estaba tocando con un pedazo de la historia de la música y llevándose una ovación de todo el público: “¡Olé Olé Olé Olé, Leila, Leila!”.

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