crimen

La decisión del fiscal de feria Ernesto Salas Lopez de ordenar la detención de Luis Valdez, luego de presentarse a declarar como testigo en la causa por el crimen del jubilado Manuel Mohamed, fue impulsada por la oportuna aparición de una mujer, que aportó un dato clave, además de elementos que deben ser peritados.

Una joven se acercó a la justicia para decir que entre la desaparición de Mohamed y el hallazgo de su cuerpo en Tapia, el testigo detenido en sospechoso se presentó en su casa para pedirle que le guarde dos cajas que, según comentó, contenían algunos de sus efectos personales.

Según tracendió, la mujer no dio detalles del contenido, que hasta el jueves a la noche era un misterio, pero que según creen los investigadores, podrían contener elementos comprometedores, como la ropa que utilizó Valdez el día que vio a la víctima por última vez y, se espera, un celular que desapareció junto con su dueño, y aún no fue hallado.

Una de las cajas en especial llamó la atención, porque está recubierta con un material que habitualmente se usa para bloquear o interferir señales de celulares, lo que podría explicar la dificultad con la que se toparon durante la búsqueda del hombre, desaparecido el viernes 8 de julio.

Este dato que se suma a los indicios aportados por el mismo sospechoso, cuando reconoció publicamente haber sido el que movió el auto en el que se encontraron manchas de sangre, llevaron a que el fiscal lo detuviera, aunque cuidándose de aclarar que no se puede aseverar que el caso esté esclarecido.

 

 

fuente: contexto

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