Uno de los mastines tibetanos que tienen en la granja de Oregon. Deberán cortarle las cuerdas vocales para que deje de ladrar y molestar a los vecinos (The Oregonian)
La disputa comenzó en 2002. Los dueños de los animales argumentaron que sus perros eran utilizados para cuidar a sus ovejas. A la Justicia no le importó.

El fallo podría resultar insólito. O inesperado. O causar indignación. Pero aquellos vecinos que reclamaron ante la Corte de Oregon, aseguran que lo necesitaban. Para su tranquilidad, según argumentaron. La demanda se presentó de forma colectiva contra los perros de pastoreo de una pareja que ahora deberá costear una cirugía para cortarle las cuerdas vocales a sus animales.

El caso comenzó hace 15 años, en 2002, cuando Karen Szewc y John Updegraff comenzaron a criar Mastines Tibetanos para que cuidaran a sus ovejas de depredadores en la zona. El matrimonio vive a uno 240 kilómetros al sur de EugeneOregon.

Otro de los perros con las ovejas. Los vecinos argumentan que son tan molestos que no pueden realizar actividades al aire libre (Facebook)

Otro de los perros con las ovejas. Los vecinos argumentan que son tan molestos que no pueden realizar actividades al aire libre (Facebook)

Hellen Szewc está indignada por el fallo de la Corte de Apelaciones de Oregon. Deberá pagar una fortuna a sus vecinos y tener que someter a cirugía a sus perros (Facebook)

Hellen Szewc está indignada por el fallo de la Corte de Apelaciones de Oregon. Deberá pagar una fortuna a sus vecinos y tener que someter a cirugía a sus perros (Facebook)

Pero lo que se suponía sería una tranquilidad comenzó a convertirse en pesadilla para los vecinos. Es que los ladridos de los pastores eran continuos y los animales pasaban la mayor parte del tiempo al aire libre, con lo que aquello se volvía insoportable. Los primeros en quejarse fueron los vecinos Debra y Dale Krein.

El Condado de Jackson también se presentó como querellante y argumentó que los ruidos emitidos por los mastines violaban normas de urbanización. Szewc apeló una y otra vez, diciendo que ella podía tener a esos perros en su granja, donde además tenía ovejas, gansos y gallinas, y que ese tipo de propiedades poseen otra reglamentación a la estrictamente urbana.

El idea y vuelta con la Corte de Apelaciones de Jackson fue y vino varias veces hasta que le ordenaron que tomaran cartas en el asunto. Pasaron los años y los perros continuaban ladrando como de costumbre. Fue allí cuando los Krein se hartaron y volvieron a la carga ante la justicia.

(Facebook)

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Imagen de la granja de Hellen Szewc durante el crudo invierno de Oregon (Facebook)

Imagen de la granja de Hellen Szewc durante el crudo invierno de Oregon (Facebook)

Los vecinos señalaron que los dueños de los perros no habían hecho nada para terminar con los ruidos molestos y que además habían comprado otros cachorros: ahora eran seis los mastines que a lo largo de todo el día se turnaban para ladrar ininterrumpidamente. La vida de los Krein -y de otros vecinos- se volvió insoportable, pero tanto Szewc como su marido Updegraff no hacían nada para solucionar el tema.

Los perros son mis empleados. No tenemos a los perros para molestar al vecindario. Tenemos a los perros para proteger a nuestro ganado. El próximo paso es comprar un arma, pero no necesito un arma si puedo cuidar a mis ovejas con unos perros“, argumentó Szewc. Pero los propietarios de los animales no tenían ya escapatoria, según consignó The Oregonian.

En abril pasado la Corte les ordenó pagar una fortuna en forma de indemnización a los Krein:238.000 dólares. Además, el juez Timothy Gerking les indicó que deberían cortar las cuerdas vocales de los mastines. Un último intento para tratar de reducir la pena fue descartada por el magistrado. Ayer miércoles, la Corte de Apelaciones de Oregon compuesta por Joel DeVoreChris Garrett y Bronson James confirmó lo establecido por el juez Gerking. Los seis tibetanos deberán ser sometidos a cirugía para terminar con sus ladridos.

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