Alumnos de la Modalidad Hospitalaria llegaron a la instancia nacional de la Feria de Ciencias.

José Zacarías Cano tiene 66 años, cuatro hijos, y la enorme responsabilidad de representar a Tucumán en la instancia nacional de la Feria de Ciencias, que se realizará desde el 30 de octubre al 1 de noviembre en Tecnópolis, Buenos Aires.

Como a muchos pacientes de diálisis, a José las cuatro horas y diez minutos que dura el tratamiento conectado a una máquina de terapia renal, dentro de la clínica Fresenius Medical Care, le sirvieron para terminar, primero, sus estudios de nivel primario. Ahora, está en la recta final para tener su título de secundario y forma parte de un equipo de 24 personas que trabajaron en una propuesta de salud para la Feria de Ciencias.

“Delicias para una buena salud”, el proyecto de Ciencias Naturales, propone ser una guía de sugerencias para llevar adelante una buena alimentación y prevenir enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y la insuficiencia renal.

“Presentamos un stand con postres bajos en fósforo y potasio, requisitos de la alimentación que tenemos que tener los pacientes de diálisis”, explicó José.

Con él viajarán Kevin Leonel Medina, alumno de sexto año de la escuela Alejandro Heredia que también trabajó en el proyecto; la profesora de Ciencias Naturales de la clínica, Jésica Íñigo; y la acompañante terapéutica de la Modalidad de Educación Domiciliaria y Hospitalaria, Andrea Abdala. En Tucumán esperarán unas 20 personas, entre docentes y compañeros, que también contribuyeron a que la iniciativa pegue el salto a la feria bonaerense.

“Este viaje nos da nervios, pero nos emociona a la vez. Es lindo que nos reconozcan el trabajo”, cuenta Kevin.

Más allá de viajar a conocer compañeros y proyectos de otras provincias, las enseñanzas principales de “Delicias para una buena salud” fue aprender a investigar, a no quedarse en casa, a hablar con los médicos y conocer las experiencias de quienes padecen una enfermedad, resume Kevin.

Su consejo para otros alumnos que quieran llegar a una instancia nacional con una iniciativa escolar es “estudiar mucho, no quedarse con lo que encuentran en la computadora. Hay que ir a preguntar a una especialista y hablar con los que saben del tema”.

La investigación requirió que los 50 compañeros que se someten a diálisis en Fresenius respondan una encuesta y compartan sus experiencias sobre alimentación. “Nos contaron que antes del tratamiento tenían una alimentación desordenada. A partir de su enfermedad renal, comenzaron a tener conciencia sobre lo que consumen”, agrega la profesora Jésica.

Cerrar etapas

La Modalidad de Educación Hospitalaria y Domiciliaria que depende de la Dirección de Jóvenes, Adultos y Educación no Formal del Ministerio de Educación de la Provincia, cuenta con 300 alumnos repartidos entre domicilios, hospitales y clínicas.

“La particularidad de esta modalidad es que somos los únicos que hacemos efectivo el derecho de educación a los adultos mayores en el país. Tenemos egresados de primaria y secundaria de 70 u 80 años”, destacó la profesora Andrea Abdala.

“Para muchos adultos la escuela en la clínica, que les permite terminar sus estudios, significa saldar una deuda pendiente. Ellos habían postergado su educación escolar por cuestiones laborales o de familia. Pero al final, se encontraron con la satisfacción de egresar y compartir ese logro con sus hijos, nietos y bisnietos”, agregó la docente.

La escuela ayuda a “achicar las horas” de un tratamiento muchas veces doloroso, cuenta José. “A mí me faltaba poco para terminar el primario. Después empecé el secundario, y les advertí a mis hijos que tengan cuidado: ellos están en la facultad y muy pronto yo los voy a alcanzar”, se emociona José pensando en qué carrera va a elegir.

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