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Hace 37 años, justo un 31 de diciembre, se producía uno de los episodios más violentos de los que se tenga memoria en la historia criminal de Tucumán.

El doble crimen de Los Gardelitos puso en evidencia de la forma más sangrienta, un enfrentamiento entre dos clanes que pugnaban por el dominio de la calle para facilirtar el accionar delictivo al que se dedicaban.

Ese día murieron Santos Pastor Aguirre, Enrique Soria Galván y resultó herido Juan Carlos Beduino, en un enfrentamiento con Ángel “Mono” Ale, Rubén “La Chancha” Ale y Jorge “La Bruja” Vázquez Carranza.

Tras pasar más de 70 días prófugos, los acusados se entregaron. Angel Ale se hizo cargo de las muertes y sus acompañantes fueron acusados de tentativa de homicidio. Pero al final los tres salieron en libertad cuando el fallo se modificó a exceso en la legítima defensa.

Ahora un enfrentamiento a tiros ocurrido hace menos de una semana encendió todas las alarmas.

Los descendientes de quienes protagonizaron aquel suceso aparecen envueltos en una nueva lucha.

Hay versiones distintas sobre el origen de la pelea, aunque as más consistentes hablan de un enfrentamiento por una joven o por el dominio de las tribunas de La Ciudadela.

Y por supuesto no podía faltar la teoría que sostiene que ambas facciones actualizaron su histórica antagonía en una disputa por territorio para la venta de drogas.

“Hace 37 años que vivo con una impotencia por lo que pasó. Me ofrecieron custodia, la rechacé porque no tengo miedo. Espero que esta vez la Justicia haga algo, que me demuestre que en esta provincia hay justicia”, aseguró Mercedes Galván, propietaria de la casa que fue cosida a balazos el lunes a la madrugada.

“Blanca”, como la conocen sus allegados, apuntó sin dudar a Facundo Ale, hijo de Ángel “El Mono” Ale, por el ataque cuyos ecos todavía resuenan con fuerza en el barrio Victoria.

Según la denuncia que se presentó en la seccional 13ª, “Facundito”, apelativo con el que la calle bautizó al sujeto apuntado por las víctimas, movilizándose en un Mercedes Benz negro y acompañado por una joven que sería su novia, disparó al menos cinco veces con una pistola calibre 40 contra la vivienda.

La dueña de casa en esos momentos, estaba durmiendo junto a uno de sus hijos.

Luego los agresores escaparon velozmente del lugar, según lo que muestran las imágenes que registró una cámara de seguridad.

“Estábamos durmiendo porque el día anterior habíamos enterrado a una pariente. Nos despertamos por los disparos. Si hubiéramos estado en otra parte de la casa, nos mataba”, aseguró Blanca.

“Sé que es él. Los ‘piperos’ que están cerca de la casa me contaron que se presentó preguntando cuál era la casa de la ‘Blanca’. Ellos pensaban que quería comprar cocaína, pero cuando entendieron la pregunta, inocentemente le dijeron dónde vivía”, contó.

La mujer agregó que tras realizar la denuncia correspondiente, “vinieron los de criminalística a hacer un relevamiento. Las balas atravesaron un portón y también impactaron en el autito que tenemos y que estaba estacionado en el garage. Me imagino que ya están investigando el caso”.

Galvan, que es hermana de una de las víctimas del “Doble crimen de Los Gardelitos”.

Según se pudo rastrear, el expediente está en la Unidad Fiscal de Decisión Temprana y hasta la noche del sábado, no se había adoptado ninguna medida para esclarecer el ataque.

Ricardo Fanlo, abogado de la familia Ale, dijo que no sabía de la existencia de esa denuncia y que el Ministerio Público no había ordenado ninguna medida en contra del hijo de quien 37 años antes se cargara a los tres “Gardelitos”.

“Ni siquiera fuimos informados que se abrió una investigación en su contra”, abundó el letrado.

Facundo Ale tiene varios expedientes en curso en el fuero penal, pero según fuentes judiciales, ninguno de ellos se ha cerrado.

En el recordado juicio contra el clan Ale, que do inico a fines de 2016 y se extendió por un año, el fiscal federal Pablo Camuña expuso la enorme cantidad de procesos que afrontaron Rubén “La Chancha” y “El Mono” Ale en la justicia ordinaria y que nunca se aclararon, muchos de ellos archivados.

Aventiró por entonces que los acusados contaban con protección policial y judicial y mostró números que respaldaban esa idea, al evidenciar que desde 1980 hasta 2015 se habían iniciado 93 causas en su contra por lesiones, amenazas, homicidios, usurpación, robo y promoción de la prostitución, por mencionar sólo algunas de las acusaciones, pero sólo en tres recibieron condenas.

La Blanca es madre de Walter “El Petiso David” Lobo, conocido en las redes sociales por sus fotos ataviado con joyas de oro, sospechado de narco; y abuela de Abel Lobo, acusado por varios robos, activo usuario de Instagram aún desde la cárcel.

Ella descartó en una movida obvia, que el ataque tuviera que ver con el doble crimen registrado hace casi cuatro décadas. “Eso ya pasó. Nunca tomamos venganza y tampoco lo haremos. No somos esa clase de gente”, dijo.

“Es cierto que una pariente le mandó audios a ‘El Mono’ por la muerte de ‘La Chancha’, pero fue una estupidez y no los mandé yo”, se preocupó de aclarar.

La denunciante agregó que los hijos y nietos de ese hecho no quieren más problemas por esa vieja historia. “’Eduardito’ Ale, que en paz descanse se juntaba con nuestros changos. Entre ellos estaba todo bien. ‘El Mono’ tiene un problema: abandonó a sus hijos varones”, señaló la mujer aludiendo al otro hijo de Angel Ale, fallecido en un accidente automovilístico.

La mujer también rechazó la idea de que la balacera haya estado relacionada con la disputa por el poder de la barra brava de San Martín, como se comenta desde hace varias semanas.

“Somos hinchas de los ‘santos’, pero nunca nos interesó ni pretendemos quedarnos con la barra. La mayoría de nuestros parientes van a la platea porque no quieren tener problemas con ellos ni con nadie”, indicó.

La mujer, coincidiendo con los investigadores y funcionarios judiciales, descartó que el conflicto se haya desatado por una diferencia vinculada al tráfico de drogas. “Son estupideces que se están hablando desde hace mucho tiempo. Lo meten a mi hijo en ese tema y nada que ver. Todo el mundo sabe que ‘Los Gardelitos’ no andamos en esa”, sostuvo Blanca.

Aunque ella si tiene una teoría de lo que podría haber derivado en el ataque. “Hace poco tuvieron problemas por una chica en un baile. Ahí empezaron las versiones y los chimentos que derivaron en este ataque”, sentenció.

La versión oficial de aquel doble crimen de Los Gardelitos fue muy parecida. En una fiesta en el club El Cruce, “El Mono” Ale recibió una feroz golpiza y fue humillado ante decenas de personas por uno de los Gardelitos. Así comenzó a gestarse uno de los episodios más negros de la historia criminal de la provincia fue esa similitud la que puso en alerta propios y extraños.

“Se escucha en la calle que algo pasa, pero no sabemos nada y mucho menos estamos involucrados en eso”, sostuvo Mercedes Galván para desmentir que el ataque a balazos a su casa estuviera vinculado a una interna por el dominio de la barra brava de San Martín.

Diferentes fuentes, en cambio, sugirieron que “algo pasa”. El conflicto se habría iniciado porque un tal “Sopa”, el líder de “La Brava”, la facción que ejercía el poder en la tribuna de la calle Rondeau, decidió dar un paso al costado, aunque no pocos sostienen que lo obligaron a retiarse.

El lider caído le habría pasado el poder a “La Barra del Oeste II”, que tienen como líderes a un tal “Chuky” y a un tal “Cara i’Gota” que, según investigaciones que obran en la Justicia, estarían involucrados en el tráfico de drogas.

Lo llamativo de esta teoría es que sostiene que ambos habrían decidido dejar de lado sus diferencias barriales, que en su peor momento derivaron en tres muertes violentas, para repartirse el control de la hinchada. “Si se juntan, serán imparables”, confió un viejo asistente al áspero cemento de la Rondeau.

El grupo de los sucesores también estaría conformado por una facción del barrio Victoria, liderada por miembros de Los Gardelitos. Esto molestó al clan Ale que, con Facundo a la cabeza, estaría intentando impedir la llegada de los viejos enemigos de su familia.

Ese conflicto, según investigadores y referentes “santos”, habría incluido balaceras, amenazas y golpizas. “Pasó de todo y el clima de máxima tensión se vivió cuando hubo un blanco en la tribuna. Ese día, ‘Facundito’ se hizo el pesado en serio”, recordó un barrabrava de los santos que evitó revelar más detalles.

“La Banda del Camión”, otra de las facciones de la barra cuyos integrantes estuvieron relacionados con tres homicidios de simpatizantes, no aparece vinculada a esta disputa, por lo que hace tiempo sis “trapos” no se ven la tribuna sur del Fortín de la Ciudadela.

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