Caída de consumo, suba de costos e importaciones trabadas. Las cadenas de retail acumulan años de rentabilidad negativa sin perspectiva de mejora, aun en un escenario de rebote económico a partir de 2021. A eso, se suma el impacto de la pandemia y la reconversión forzosa al canal digital.

La persistencia de la caída del consumo, combinada con una suba de costos que deja la rentabilidad en terreno negativo desde hace años, las dificultades para importar y la aceleración brutal del proceso de digitalización, producto de la pandemia, emergen como los factores claves detrás de la reconfiguración del mapa de retailers en la Argentina, que tiene a un claro achicamiento. Como telón de fondo, la perspectiva de que, aun mejorando, el panorama para el negocio será poco alentador.

La decisión anunciada ayer por la tienda chilena Falabella se suma a otras de empresas de consumo masivo y también de otras industrias como aerolíneas y autopartistas. Todas tienen un denominador común detrás de la decisión: una torta que se achica y que ofrece cada vez menos oportunidades de crecimiento.

Un negocio que, de acuerdo a los analistas del sector, registró un pico histórico de rentabilidad de 1,8%, que sería imposible recuperar incluso con proyecciones de rebote del consumo en los próximos años. Por caso, las expectativas del sector supermercadista suponen un incremento de 2% de las ventas en 2021 pero no tienen claro aún cómo cerrará 2020. Ocurre que en el cuarto trimestre del año se juegan todo el ejercicio ya que representa, Fiestas mediante, el 40% del volumen anual. En el mejor de los casos, en el sector esperan salir empatados.

 

 

fuente: infobae

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