Tras haber dado por caído el arreglo anterior y pedido su detención, el fiscal Stornelli ahora cree que aportó datos valiosos luego de declarar 8 horas seguidas.

Después de pedir su detención hace 72 horas y dar de baja al primer acuerdo de colaboración, el fiscal Carlos Stornelli firmó un nuevo acuerdo con el financista K Ernesto Clarens. Muchas pruebas reunidas en el expediente complicaron su situación judicial, y su primera declaración no había conformado a la Justicia. Aún resta que se expida al respecto el juez Claudio Bonadio, para darle el status de imputado colaborador.

Entre el primer acuerdo de Clarens con la fiscalía y su baja por parte del fiscal pasaron catorce días. Sus dichos sobre la estructura financiera montada para exteriorizar millones de dólares no habían sido suficientes para el juez Bonadio, que decidió no homologar esa instancia.

¿ Qué faltaba? Precisiones sobre la operatoria financiera puesta a disposición de la estructura que se dedicó desde 2003 a 2015 -según la ampliación del período de investigación-, a la recaudación de fondos ilegales (sobornos) a empresas de la construcción, del sector energético y del área de transporte.

Para la Justicia el rol de Clarens -con vínculos directos con José López, como contó Clarín- fue clave en el movimiento del dinero ilegal. Si bien apuntaron a Néstor y Cristina Kirchner como los principales responsables de conducir esta “organización criminal”, sus dichos y datos proporcionados -como determinó el juez- no fueron precisos: faltaron fechas, especificaciones sobre las maniobras.

Este lunes el financista investigado también por ayudar a Lázaro Báez a lavar dinero, volvió a los Tribunales de Comodoro Py para ampliar su declaración indagatoria y evitar la prisión. Hace pocos días, Stornelli había solicitado su prisión preventiva al dar de baja al primer acuerdo.

La Justicia investiga la relación de Clarens con José López. Este último, aceptado como “arrepentido”, señaló que como ex secretario de obras públicas era el responsable de recaudar dinero de las contratistas del Estado que recibían obras de infraestructura.

El rol de Clarens era más complejo: lo que cobraban de las empresas de la construcción era convertido a dólares “en sus propias financieras y de allí lo sacaban del país”. López “hacía más la cobranza”, el financista K “armaba la estructura financiera para exteriorizar millones de dólares”. Según pudo saberse, la comisión que cobraba Clarens por estas operaciones iban del 6 al 10%, y parte de ese dinero lo sacaba hacia Uruguay en lanchas.

fuente. clarín

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