El papa Francisco camina junto al jefe de la Gendarmería, Domenico Giani./ Reuters

Es el jefe de la Gendarmería Domenico Giani, con 20 años en el cargo. Bergoglio forzó su renuncia.

El último escándalo estallado en el Vaticano que embiste al Papa está en plena investigación y tiene que ver con maniobras multimillonarias en inmuebles comprados por el Vaticano en Londres. El caso se inició el 2 de este mes con un espectacular allanamiento a la Secretaría de Estado, lo que de inmediato ofreció una variante novedosa: en el gigantesco “affaire” quedó pegado el “ángel guardián” del pontífice de turno, durante veinte años, comandante de la Gendarmería Pontificia y Director de la Seguridad del pequeño estado de la Iglesia, el ex agente secreto italiano Domenico Giani.

El Inspector General Giani renunció el domingo pero recién este lunes se anunció que el Papa había aceptado la dimisión, dándole las gracias por su “indiscutida fidelidad y lealtad”.

La integridad moral y personal de Giani no está en juego, no tiene nada que ver con la corrupción. Pero hizo enfurecer al Papa argentino porque cometió el error de no garantizar el secreto de un boletín que difundió a gendarmes y guardias suizos, que custodian los accesos al Vaticano, en los que escrachó a los cinco sospechosos de haber urdido el escándalo, funcionarios de la Secretaría de Estado y de la Autoridad Financiera que persigue los reciclajes de dinero.

Entre esos cinco funcionarios se encuentra el monseñor Mauro Carlino, ex secretario personal de Angelo Becciu, que hasta el año paso fue el “ministro del Interior” de la Secretaría de Estado, el órgano central de los “ministerios” de la Curia Romana.

Domenico Giani junto al papa Francisco en San Pedro. / AP

Domenico Giani junto al papa Francisco en San Pedro. / AP

El “primer ministro” del Papa es el Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolín, al parecer ajeno a los vaivenes del escándalo.

La hoja del boletín con las caras y las biografías de los cinco presuntamente implicados, pasó por demasiadas manos, tanto que un ejemplar terminó en manos del semanario “L’Espresso”.

Imagen difundida por la Gendarmería Vaticana y publicada por L'Espresso./ Foto: L'Espresso

Imagen difundida por la Gendarmería Vaticana y publicada por L’Espresso./ Foto: L’Espresso

El escrache convirtió mas o menos en acusados a los cinco sospechados de la corrupción con bienes inmobiliarios de lujo comprados y vendidos en Londres. “Hay una investigación por la ilícita difusión de un documento de uso interno de las fuerzas de seguridad de la Santa Sede”, dijo el portavoz pontificio Matteo Bruni.

“La gravedad del hecho en las palabras del Papa Francisco, es comparable a un pecado mortal”. El Papa se enojó porque dijo que haber hecho público el documento ponía en tela de juicio la inocencia de los cinco, mientras es el proceso que lleva a cabo el promotor de justicia (fiscal general vaticano), Gian Pietro Milano, el que debe determinar las culpas y está lejos aún de una sentencia.

Las “murmuraciones” que se filtran de los corredores vaticanos especulan que en realidad el caso es el último de los episodios que han deteriorado la relación del Inspector General Domenico Giani con poderosos personajes, como el cardenal Giuseppe Bertello, gobernador del Vaticano, y otros. Giani ha dirigido todas las investigaciones más importantes de los últimos años y es obvio que se ha ganado el respeto de muchos y la enemistad de otros.

Domenico Giani./ Reuters

Domenico Giani./ Reuters

El “Corriere della Sera”, principal diario italiano, que destapó con varios servicios muy bien informados que el comandante Giani bailaba en la cuerda floja, por el error que le atribuyen, atribuye también el hecho a algunos malintencionados que difundieron el documento para dañar a Domenico Giani o “envenenar la investigación sobre las operaciones inmobiliarias y financieras”. Giani sostiene su inocencia.

El “Corriere” agregó: “El cambio en la cumbre de la Gendarmería Pontificia se produce tras años en los que el cuerpo armado del Papa se ha cada vez más militarizado, quitando competencias que eran de la Guardia Suiza. El temor creciente de atentados y los escándalos del Vatileaks (filtraciones de documentos secretos a la prensa durante el papado de Benedicto XVI), han hecho que Domenico Giani y sus hombres adoptaran métodos siempre más coercitivos, insoportables para algunos de los monseñores de la Curia”.

La investigación puede reservar nuevas sorpresas, porque al parecer algunas operaciones inmobiliarias en Londres fueron autorizadas por el cardenal Angelo Becciu cuando era el “ministro del Interior” vaticano y monseñor Mauro Carlino, ahora en el centro de la tormenta, su secretario personal.

El cardenal Becciu es un personaje muy importante e influyente, cercano al Papa Francisco. Hasta junio del año pasado fue el número dos de la Secretaría de Estado y desde septiembre de 2018 es el Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, cargo que lo elevó a la purpura cardenalicia.

El domingo estaba junto al Papa en las cinco canonizaciones que proclamó Francisco en la basílica de San Pedro. Fue el cardenal Becciu el que propuso la proclamación de las santidades durante la ceremonia.

Domenico Giani este domingo, durante las canonizaciones que proclamó Francisco./ AP

Domenico Giani este domingo, durante las canonizaciones que proclamó Francisco./ AP

Becciu siente el peso del escándalo que lo roza, al menos por las explicaciones que deberá dar sobre las operaciones inmobiliarias en Londres. A un canal de televisión italiano que lo entrevistó, le dijo: “Como ven estoy aquí y estoy bien. El Papa ha sido muy gentil y me ha agradecido por la ceremonia que hemos hecho por las canonizaciones. Después me dijo que siente siempre mucha confianza en mí y me pidió que esté sereno. Me dijo que reaccione como un sardo (Becciu nació en Cerdeña, tierra de gente dura) . Me alentó, es necesario seguir caminando, pese a todo”, dijo el “ministro” de Jorge Bergoglio.

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