taxista

La familia de un conocido ladrón con grueso prontuario policial pide justicia, mientras los parientes de un trabajador honesto, que nunca tuvo un entredicho con la ley, se siente estigmatizada, económicamente aruinada y sobre todo, estafada por un sistema que parece favorecer a los delincuentes, mientras se ensaña con los que viven observando las normas.

Flavia Leal, hermana de Alberto Leal, el taxista que sufrió un intento de asalto en el que, para defenderse, utilizó el arma de la que es legítimo usuario, provocando la muerte de su agresor, contó el infierno que viven desde que todo comenzó, agravado ahora con la condena por homicidio simple, cuando para ellos a todas luces se trató de un caso de legítima defensa.

El fallecido fue Gonzalo Torres Sosa, quien a pesar de cargar con una colostomía, había salido a beber, ya que estaba ebrio en el momento en el que intentó cometer el crimen. Su propia madre admitió que el sujeto salía a robar, acreditando así el principal argumento de la defensa, que sostiene que el trabajador se defendió de quien lo atacaba, haciendo ademanes de portar un arma.

“Mi hermano perdió su auto porque lo tuvo que vender para costear el proceso. Nunca se pudo recuperar de este golpe, porque no es fácil para una persona de bien que la traten de asesina. Que lo condenen por homicidio simple fue durísimo para él y para nosotros, porque ¿qué quiere decir eso? Que los jueces entendieron que él salió a matar porque sí, y no fue así. Él se defendió de un asaltante que había subido a su auto”, argumentó la mujer.

El suceso tuvo lugar el 29 de diciembre de 2018, cuando Torres Sosa subió al taxi de Leal en el cruce de avenidas Mate de Luna y Mitre y le pidió al chofer que lo llevara hasta San Luis y pasaje Cabildo, al sur de la capital. Allí el pasajero habría intentado asaltar al conductor: lo habría golpeado para quitarle la recaudación.

En ese momento el taxista sacó su arma (era legítimo usuario) y le efectuó cinco disparos (tres proyectiles impactaron en una pierna, otro en el pie y el mortal en el pecho) a Torres Sosa, quien terminó muriendo. El fallecido tenía una colostomía y estaba alcoholizado (tenía 2,5 de alcohol en sangre). Luego de haber acabado con la vida del supuesto asaltante, huyó del lugar y se entregó varias horas después ante las autoridades.

En el juicio, el tribunal integrado por los jueces Luis Morales Lezica, Gustavo Romagnoli y Fabián Fradejas (votó en disidencia) resolvió condenar al acusado por homicidio simple, como pedía el fiscal Daniel Marranzino. No ordenaron la prisión preventiva, por lo que Leal quedaría detenido solo cuando la sentencia quede firme.

“En este momento, y a pesar de semejante revés, mi hermano está trabajando como siempre lo hizo, aunque todo esto le afecta”, señaló Leal, que aclaró que tras el hecho Alberto vendió el auto con el que trabajaba y ahora se desempeña como repositor de un súper.

“Alberto siempre reconoció el hecho y se hizo cargo de que mató a una persona, pero no como dice la acusación. Ofrecimos resarcir a la familia de la víctima y no quisieron, la madre de este chico (por Torres Sosa) reconoció en el juicio que su hijo salía a asaltar a la calle y luego pidió prisión para mi hermano. Fue terrible para mí escuchar eso”, indicó Flavia, que dijo que recibieron el apoyo y la solidaridad de mucha gente ante este fallo adverso.

A pesar de eso aclaró: “mi hermano, que laburó toda su vida, que no tenía antecedentes ni había pisado una comisaría nunca en su vida, hoy siente que de nada sirve ser un ciudadano de bien, porque en este juicio no valoraron eso ni tuvieron en cuenta que la víctima tenía numerosos antecedentes”.

 

 

 

fuente: contexto

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