Hay jueces que toman por tontos a los argentinos!!! Ahora todos los kirchneristas detenidos por corrupción “están enfermos” y no pueden estar en una cárcel porque se “deprimen”.

El fiscal federal Gerardo Pollicita apeló la decisión del juez Luis Rodríguez (ese día subrogaba al juez de la causa Rodolfo Canicoba Corral) que otorgó la prisión domiciliaria al sindicalista Omar “Caballo” Suárez y consiguió que se restringiera el beneficio otorgado al ex sindicalista K: no podrá salir a la calle sin previa autorización, tendrá consigna permanente de Prefectura Naval, se prohíbe el ingreso de bebidas alcohólicas, entre otros controles.

La apelación ingresó al juzgado del juez Sebastián Ramos que subroga esta semana a Canicoba Corral. La medida regirá hasta tanto la Cámara Federal defina sobre el recurso presentado por el Ministerio Público.

El fiscal sostiene que Suárez siempre recibió “asistencia médica desde su detención” y que debe seguir en el Penal de Marcos Paz “donde se cuenta con los recursos para su control” periódico y que allí debe permanecer, “donde recibe es atendido “por médicos psiquiatras, por neurólogos y por otorrinolaringólogos; además de los médicos de planta del penal”.

El viernes pasado, a última hora, el juez Rodríguez -en carácter de subrogante de Canicoba Corral que se encuentra de licencia- hizo lugar al planteo de la defensa de Suárez y concedió el arresto domiciliario, con tobillera electrónica.

“La prisión domiciliaria de Suárez en las condiciones dispuestas por el juez no resulta, por un lado, acorde a la normativa vigente en la materia e implica, de otra parte, un riesgo de entorpecimiento para la investigación, es que vengo a interponer el presente recurso de apelación”, indicó Pollicita en su resolución de 16 páginas.

Al oponerse a la medida adoptada, Pollicita remarcó -como en las otras cuatro oportunidades cuando se rechazó el pedido de excarcelación- que no hay ningún examen médico que determine que su estado de detención “imposibilita que reciba el tratamiento adecuado”.

​Reiteró que encontrándose alojado en el penal de Marcos Paz “puede recibir los tratamientos y controles médicos adecuados a sus patologías”. Las mismas “no son terminales ni revisten gravedad”, tal como señaló el informe interdisciplinario de noviembre.

Lo primero que consiguió el fiscal es que se restringiera la prisión domiciliaria, confirmaron fuentes judiciales a Clarín: ​por orden del juez Ramos, el Caballo Suárez “no podrá salir del domicilio donde se encuentra y en caso de ser trasladado por motivo de urgencia a algún centro de salud, deberá dar aviso en forma inmediata al Tribunal”.

Además, se ordenó una consigna de Prefectura Naval que deberá “controlar los ingresos y egresos de personas detallando DNI, nombre y apellido, se prohíbe el ingreso de alcohol”, como principales medidas.

Señaló que la prisión domiciliaria basándose en el estado de salud de Suárez “debe ser analizado en base a la información médica agregada a la causa” y que la última entrevista que concedió desde la cárcel “no demuestra ningún problema de alcoholismo y resulta inverosímil la demencia que alega”.

Uno de los informes respecto de las evaluaciones de la esfera de la salud mental, informes psicológicos y psiquiátricos- que “el paciente desde su ingreso al establecimiento, no ha presentado riesgo cierto e inminente para sí o para terceros”. Y que se encontraba “compensado clínicamente y deambulando sin dificultad por sus propios medios”.

Suárez es un paciente “portador de hipertensión arterial de larga data al momento, sin repercusión hemodinámica y sin alteración grave de la estructura cardiovascular”, recordó Pollicita y que no existía, al momento del examen médico “evolución desfavorable de su estado de salud”.

En este sentido, el fiscal descree del argumento de la defensa que tal como contó Clarín, señala que Suárez presentaba “antecedentes de adicción a bebidas alcohólicas, catalogado como un alcohólico crónico grave”, con deterioro “progresivo y alarmante de su salud” por ingerir “aproximadamente cinco litros de bebida alcohólica diaria durante treinta años”.

“Esto no surge de ninguno de los informes médicos practicados sobre el imputado; sino que fue mencionado por su médico particular en base a la información presuntamente brindada por las hijas del detenido”​, señaló Pollicita.

El informe que cita Pollicita fue entregado en noviembre y señaló que no se lo puede calificar como “paciente terminal” ni portador de “enfermedad incurable”. “Tampoco corresponde que sea alojado en un establecimiento hospitalario”, había concluido.

Así, la fiscalía reiteró que permanecer en la cárcel “no le impediría tratar adecuadamente sus dolencias” y se sugirieron algunas medidas para garantizarlo, como “controles periódicos por especialistas de cabecera, estudios complementarios solicitados, prestaciones farmacológicas oportunas y ajustadas a prescripción, adopción de medidas de prevención”.

Respecto al argumento del juez que señala que no se le realizaron los exámenes médicos ya sugeridos en una de las anteriores evaluaciones médicas, Pollicita indica que “para todos ellos tiene turno para 2 de enero, 9 de enero y 29 de enero”.

La causa

Omar “Caballo” Suárez estaba detenido en la cárcel por orden del juez Canicoba Corral, que lo consideró jefe y organizador de una asociación ilícita que habría extorsionado a empresas navieras.

Se lo acusa de encabezar maniobras, con buques, y escudado desde el gremio, para dificultar y obstruir el normal desenvolvimiento del tráfico marítimo y fluvial, provocando alteraciones, demoras, gastos y otros perjuicios a empresas navieras.

fuente: clarín

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