Aunque no mostró ninguna de las cartas vinculadas con la propuesta de reestructuración de la deuda, Martín Guzmán dejó ayer algunas pistas concretas sobre el escenario futuro. Lo más relevante fue su diagnóstico sobre la situación fiscal. Al reconocer que no se llegaría al equilibrio fiscal hasta 2023, dio a entender que será virtualmente imposible volver a pagar la deuda hasta ese momento.

En varios pasajes de su presentación en el Congreso, el ministro de Economía reiteró que hacer un ajuste en medio de la recesión es contraproducente. Y puso como ejemplo el derrumbe de la actividad de los últimos dos años, en medio de una reducción del rojo fiscal. Por eso, adelantó que en 2020 se mantendrá el déficit primario heredado, poco menos de 1% del PBI, pero que el equilibrio recién se alcanzaría en 2023. Recién para 2026 se alcanzaría un ahorro neto en las cuentas primarias, del orden de 0,7% del Producto.

Con el panorama presentado por Guzmán, sin recursos será imposible volver a pagar la deuda. El escenario es muy diferente al de las renegociaciones de Uruguay en 2003 o de Ucrania en 2014, cuando ambos países consiguieron altos niveles de superávit fiscal para convencer a los inversores de aceptar masivamente la propuesta de canje. Ese ahorro en el resultado primario les permitía, por otra parte, afrontar los vencimientos de deuda con cierta comodidad.

fuente: infobae

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