Gradualismo, consenso y cuidado del empleo. Todo eso sí, pero con foco en el consumidor y los precios. Ese parece ser el leit motiv del Gobierno, que luego del anuncio de la eliminación de aranceles para la importación de computadoras -que puso nerviosos a muchos industriales-, acelera ahora el trabajo sobre la conformación final del valor de los productos en Tierra del Fuego. El objetivo es claro: bajar los precios de celulares, televisores, aires acondicionados y microondas sin destruir los 12.600 trabajos de esta industria y respetando, por lo menos hasta 2023, el régimen de excepción.

Para esto, en los próximos días se conformará una mesa de trabajo compuesta por el Ministerio de Producción, el gobierno fueguino y la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte), que engloba a las principales firmas de Tierra del Fuego entre las que se destacan Newsan y BGH. Esta semana el secretario de Industria, Martín Etchegoyen, recibió a las empresas y hoy estará con el equipo del ministro de Industria fueguino, Rodrigo Caballero. Se trabajará, según pudo saber LA NACION, en hacer más eficientes los procesos de producción en las fábricas, pero también en los altos costos de logística, impuestos, y el retail y la financiación que ofrecen los bancos.

Para impulsar la competencia, las autoridades no descartaron la revisión del llamado “impuestazo tecnológico” aprobado en noviembre de 2009, que subió el IVA e impuestos internos a productos tecnológicos y aumentó los aranceles de -entre otros biene- los celulares y los aires acondicionados. Todo, aclaran, es todavía “muy prematuro”.

“No es simple. Es un proceso complejo que debe ser gradual y consensuado”, afirmó Etchegoyen. “Queremos que bajen los precios, por lo que vamos a crear una mesa de trabajo con el sector. Todo está bajo análisis”, agregó el funcionario.

“Es un trabajo en conjunto”, coincidió Caballero. “Buscamos mejorar los precios y la competitividad. Pero no es un problema de Tierra del Fuego. Es estructural de la Argentina”, afirmó a LA NACION. Cámaras de fotos, decodificadores y DVD son algunos de los productos que, incluso en la isla, creen que dejarán de existir simplemente porque son obsoletos. Sobre las TV, microondas, aires acondicionados y celulares se puede trabajar, según el funcionario entrerriano. “Un celular sale de acá con un precio y en Buenos Aires ese valor se duplica”, criticó Caballero, apuntando a las telefónicas. “Mandar un container a China nos cuesta US$ 400. Llevar nuestros productos en camión a Buenos Aires vale US$ 5000”, ejemplificaron en la empresas.

Una de las opciones que presentarán hoy los fueguinos al Gobierno es la creación de un polo de autopartes en Tierra del Fuego. No es casualidad. Allí está radicada Mirgor, la empresa de Nicolás Caputo, íntimo amigo del presidente Mauricio Macri. Por otro lado, la posibilidad de producir tecnología para autos en Tierra del Fuego atrae por los fuertes beneficios que ya existen en la isla y por los que otorga la nueva ley de autopartes impulsada por el propio Macri y aplaudida por el sector. Eso, creen, otorgaría una ventaja comparativa. Mirgor es de las únicas firmas que exporta sus productos: una de las varas oficiales para medir la competitividad. Otra clave: esta semana Caballero estuvo en la planta de Toyota en Zárate. Además, se buscan impulsar otras actividades como la proximidad antártica para operaciones logísticas, el turismo, la pesca o la industria maderera.

“Va a haber novedades sobre el costo del financiamiento y las comisiones [que cobran las tarjetas de crédito] en el verano”, se entusiasmó el secretario de Comercio, Miguel Braun, el lunes pasado en una charla con periodistas. El Gobierno va cercando a los bancos. Luego de la investigación abierta por la Comisión Nacional de Defensa a la Competencia (CDNC) sobre el mercado de pago y la ley con media sanción en el Senado para bajar las comisiones a la mitad, esta semana el Gobierno les presentó a los bancos su propio proyecto para “transparentar el costo del financiamiento”. También plantea una baja de comisiones, pero más suave, de 3% a 1,7% en crédito, y de 0,8% en débito. En el Gobierno quieren también que haya más información para los clientes sobre el interés que pagan. El proyecto busca introducir nuevos jugadores en el sistema, establece la prohibición de la exclusividad con marcas, y designa al Banco Central como autoridad de regulación para establecer aranceles. Estas disyuntivas tienen al Ahora 18, que se plantea para antes de Navidad, en debate. Pero el costo de financiación, según un trabajo de Abeceb para Afarte, es también un problema para los productos fueguinos: representa un 11% del precio final. Otro 19% son gastos, impuestos y rentabilidad del retail. El camión de los Moyano también estará en la mira: la logística representa el 4% del valor de los productos de la isla.

Fuente: La Nación

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