Famosa por haber estado en los dos lados de la discusión en torno al aborto, la activista brasilera pasó por nuestra provincia y brindó charlas destinadas a alumnos del nivel secundario y público en general.

Sara Winter es famosa por haber estado de los dos lados de la contienda por el aborto, ya que en sus inicios la joven brasileña fue fundadora de un grupo radical feminista pero tras sufrir un aborto inducido, conoció los horrores de lo que defendía con ferocidad.
El día lunes 2 de julio, Sara Winter, ex líder feminista de Brasil, disertó sobre “Feminismo y Aborto” .Se presentó en el sur de la Provincia: en la ciudad de Concepción y Aguilares, gracias a la gestión del legislador Raúl Albarracín.
Mientras que el día martes los encuentros tuvieron lugar en Club Defensores de Villa Luján y estuvo dirigida a estudiantes secundarios y universitarios, Por la tarde, la disertación fue en el Auditorio de la UNSTA y estuvo orientada a un público de mayor edad. En su visita a nuestra provincia, Winter cargó con dureza contra la política de Mauricio Macri y contra los legisladores que buscan una solución rápida a un problema de fondo como Victoria Donda.
El cambio fue radical. Su nombre real es Sara Giromin, tiene 26 años y, en 2012, fue fundadora del capítulo brasileño de Femen, una organización cuyas activistas se manifiestan con el torso desnudo a favor del aborto y los derechos de los homosexuales. La joven se hizo cargo de la célula sudamericana después de un viaje a Ucrania para capacitarse con las creadoras del grupo en Kiev. Pero una triste historia de vida transforma su forma de ver las cosas. Sara queda embarazada y desde el seno del ultra feminismo la presionan asegurándole que justamente ella, una figura conocida en la lucha debía someterse al aborto. Ella fue casi obligada a practicar un aborto con misoprostol y de esta terrible experiencia que casi le cuesta la vida, Sara pudo conocer la verdad acerca de dicha problemática.
Hace dos años y coincidiendo con el embarazo de su segundo hijo, ha experimentado una dramática transformación a la causa pro-vida, denunciando desde entonces el proyecto político totalitario que impulsa el feminismo y la militancia violenta asociada a sus activistas de base. Se convirtió a la causa “provida” y desde entonces combate la ideología de género. Pidió disculpas a los cristianos por “las ofensas causadas” y hace profesión pública de su fe religiosa. Sostiene que el feminismo es el movimiento “más intolerante que conoció” y relata que obliga a las mujeres a “no depilarse, a no usar tacos altos y privilegia a las integrantes que no son heterosexuales”.
Acusó a sus compañeras feministas de haberla abandonado en el proceso de un aborto con misoprostol y acusa a otros movimientos de estar en contra la institución familiar. “El feminismo no es una sola lucha, es solo un brazo de todo un cuerpo conformado por otros movimientos como el Sin Tierra, el movimiento negro, el indigenista y el LGTBI. Todo un globalismo controla esos movimientos que buscan la destrucción de la familia”, asegura.
“Yo tuve una familia muy desestructurada, tuve un hermano que era adicto a las drogas pesadas y yo sufrí mucho maltrato por parte de él, ya que cuando estaba bajo efecto de las drogas me golpeaba a mi, a mi papá y a mi mamá. Yo he sufrido mucho durante mi infancia a causa de la drogas. Mi hermano colocó un arma en mi boca y me echó de mi casa. Con apenas 16 años tuve que vivir en la calle y a los 17 ya practicaba la prostitución”.
“En la calle fui violada y me volví adicta a los ansiolíticos, ya con 19 años conocí en movimiento feminista a través de un sitio de internet y me interese mucho, la foto que mostraba ese sitio tenía el fin de captar, estaba bien construida, con chicas flaquitas y frágiles golpeadas por la policía y así como yo era, me sentí identificada”.
“Ellos me mandaron 30 días a Ucrania y fui entrenada por ex militares Unión Soviética y me enseñaron algo que se llama “marketing de guerrilla” allí se me dio la orden de introducir el movimiento feminista y la ideología de genero a través de la cultura y los vehículos mediáticos”.
“Me convertí en una de las mujeres más famosas de mi país, estaba todas las semanas haciendo protestas desnuda en la calle también tenía un poder mediático muy fuerte, ya que todos los periodistas quería escribir al respecto”.
“A los 22 años me di cuenta que las mujeres feministas no ayudaban a las demás mujeres como debían hacerlo, estaban más interesadas en protestar desnudas, llamar la atención de los periódicos, usar drogas y tener relaciones sexuales de forma irresponsable”.
“A esa edad quede embarazada, estaba desesperada, pedí ayuda a mis amigas feministas, pero la ayuda que me dieron fueron 4 comprimidos de misoprostol, la droga abortiva, ellas me dijeron: Sara tienes que hacer un aborto porque eres la figura feminista más emblemática de Brasil y así tener más propiedad empírica para defender la iniciativa ante los medios de comunicación”.
“Las feministas tratan de hacerte creer que eso que esta en tu barriga no es un ser humano, un bebito, sino un grupo de células, un coágulo de sangre. Yo no tenía familia, ellas eran mi única familia, yo fui presionada a hacer un aborto y casi que me muero. Tuve una hemorragia tan fuerte que ninguna chica del pañuelo verde se imagina, ellas dicen que el aborto es como una emancipación femenina, que se trata de un empoderamiento, pero me gustaría preguntarles ¿que hay de empoderamiento en un dolor tan insoportable como los de contracciones de parto?, pero no salio dentro de mi un hijo vivo, sino pedazos de mi bebe. Allí fue que llame a mis amigas feministas y me dijeron ´estamos llegando´ y frases así, pero jamás apareció ninguna. Ellas gritan en la calle #Ni una menos, pero me dejaron para ser una menos”.
“Me gustaría preguntarle a Victoria Donda y a el presidente Macri, que es un cobarde irresponsable, porque durante toda la campaña electoral ha dicho que era pro vida, que no iba a permitir que se legalizara el aborto. Que es un cobarde y no está cumpliendo”, finalizó.

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