En su nueva declaración, Fariña detalló los lugares donde habrían guardado dinero. Hubo preparativos, pero hasta anoche no se habían revisado esos sitios.


La fuga y caída del abogado Jorge Chueco -cerebro jurídico clave en la arquitectura de “la ruta del dinero K”- dejó una enseñanza en Tribunales: los allanamientos, detenciones y captura de pruebas importantes para la causa no pueden demorarse ni descuidarse. Es la tesis con la que insiste el fiscal del caso, Guillermo Marijuan, ante la intermitente prudencia del juez Sebastián Casanello para llevar por fin al expediente información que durante tres años estuvo sobrevolándolo, con datos que se fueron acumulando bajo la forma de testimonios, anécdotas, historias y leyendas que los periodistas conocen y reproducen desde hace al menos una década. Sorprende entonces que, pese a los intensos preparativos iniciados el viernes, la Justicia aún no haya ido a buscar parte del tesoro enterrado de Lázaro Báez y los Kirchner a las estancias Cruz Aike y La Julia, dos puntos minúsculos en la helada inmensidad de la estepa santacruceña. Bajo esos cimientos, y los de otras cuantas propiedades ligadas al ecosistema inmobiliario familiar de los ex presidentes, pasaron y posiblemente aún duermen cientos de millones de dólares detraídos a los argentinos a través de los variados mecanismos de corrupción germinados durante el kirchnerismo. “La ruta del dinero K” es apenas uno de ellos.
Aunque los datos estaban ahí, a disposición del juez, el empujón final para que Casanello o el fiscal se dispongan a allanar esas fincas lo dio una ampliación de su declaración indagatoria que Leonardo Fariña hizo llegar a Marijuan la semana pasada, desilusionado por la divulgación de su larguísimo testimonio original por parte del juez Casanello. En cuatro carillas, a las que accedió Clarín, el ex marido de la vedette Karina Jelinek relata lo que vio en el sótano de la casa de Lázaro Báez, y señala con detalle dos de los sitios en que el empresario K guardaba porciones del dinero negro de la obra pública que obtenía gracias a la corrupción. Este diario no había publicado antes el testimonio por la advertencia que el propio Fariña le hacía al juez en el encabezado de su texto, en el que pide que la declaración “se mantenga en reserva a los fines de no frustrar los aportes que se detallan a continuación”.
Esa reserva fue clave en las primeras horas, pero ya está jugando en contra. Cristina Kirchner está en Santa Cruz -su casa de Calafate podría ser otro de los objetivos de la justicia- y Clarín pudo comprobar algunos de movimientos del entorno de Lázaro Báez en las propiedades. ¿Buscan destruir o modificar pruebas? Fuentes con acceso a la causa advierten justamente eso: la demora puede provocar la pérdida de elementos fundamentales para el caso.

Fuente: Clarín

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