El economista venezolano y profesor de Harvard pasó por Buenos Aires para participar del WEF. Analizó la dramática situación de su país y se mostró optimista por los cambios en la Argentina.

Hace cuatro años que no pisa Venezuela, pero asegura que nunca llegó a formalizarse el pedido de captura que efectuó el Presidente de ese país, Nicolás Maduro. Pero no le faltan advertencias: su cuñado está preso hace siete meses por el régimen.

Ricardo Hausmann –ex economista jefe del BID- habló con Infobae en el cierre de la edición latinoamericana del World Economic Forum en Buenos AIres. Dejó duras definiciones del régimen político y del futuro económico venezolano. Y no dudó en calificar al gobierno de Maduro como “una dictadura dura”. También explicó que la economía venezolana no tocó fondo. “Siempre se puede estar peor porque los países no quiebran. Pero es la recesión más profunda que se haya vivido alguna vez en América latina”.

A continuación, los principales pasajes de la entrevista a Hausmann, actualmente profesor de Harvard:

-¿Cómo vivió los últimos acontecimientos políticos en Venezuela?

-En diciembre de 2015 el Tribunal Superior de Justicia se metió a quitarle injerencia al Congreso, anulando en primer lugar las elecciones legislativas que nunca volvió a convocar. Ahí el Presidente Maduro dictó un decreto en el que prácticamente le sacaba todas las facultades al Legislativo, pero el Parlamento lo rechazó. Allí el Tribunal de Justicia consideró inconstitucional la decisión de los legisladores. Desde entonces Maduro acumuló 16 decretos que eliminaron el rol del poder legislativo, ante lo cual se pidió que la Organización de Estados Americanos acuse a Venezuela por haber violado la Carta Democrática.

-¿Qué opina de la reacción que se generó desde entonces?

-La realidad es que muchos venezolanos se habían acostumbrado a esta situación. Pero al ver la condena mundial por las actitudes de Maduro provocó una ola colectiva de indignación, lo que llevó al Gobierno a dar marcha atrás.

“En los últimos tres años la caída del PBI en Venezuela es de 29%. Es la recesión más profunda que se recuerde en América latina”
-¿Cómo describiría la situación política en Venezuela?

– Por lo pronto le puedo decir que no hay democracia. La de Maduro es una dictadura dura, con presos políticos con orden judicial de excarcelación pero igual no los dejan salir. La marcha atrás del Gobierno fue algo payasesco.

-¿Y qué se puede esperar de ahora en más?

-Yo diría que Maduro está mucho más preocupado por sus actividades criminales que en lo que hace la oposición. Tiene dos sobrinos presos en Estados Unidos por venta de cocaína, un vicepresidente relacionado al narcotráfico y varios miembros del Gobierno –como el ministro del Interior y el jefe de la Policía- acusados de narcos. La única forma de salir de esta situación de una forma no violenta es que las Fuerzas Armadas dejen de apoyar a un gobierno inconstitucional.

-Y mientras tanto la economía está en caída libre…

-Está mucho peor que lo imaginable. No hay un rebote natural, no se tocó fondo todavía y hay que tener consciencia de esto. El deterioro es continuo. El PBI cayó 18% el último año y acumula una pérdida de 29% en los últimos tres. Es la recesión que se recuerde más grande de América latina. Mucho peor que el estallido de la Convertibilidad en la Argentina y sólo equiparable con la crisis que atravesó Cuba hace algunas décadas. Pero lo importante es que esto se puede dar vuelta rápido si se hacen las cosas bien, algo que por supuesto no sucederá con esta administración. Hoy el problema principal es la falta total de insumos importados, ya que al país no le quedan dólares.

“La política económica de Cristina era chavista. No se pudieron ver todos los resultados porque por suerte no duró 18 años como en Venezuela”
-¿Qué sucederá con la deuda?

-Venezuela ha hecho default con casi todo el mundo, desde las líneas aéreas hasta los surtidores de petróleo, las farmacéuticas y cualquier otro sector. Salvo con los tenedores de bonos, que sigue pagando religiosamente aunque ya casi no quedan recursos. Por supuesto que la situación es totalmente insostenible, hay que ir a una reestructuración de la deuda y automáticamente pedir el auxilio del FMI.

-¿La Argentina corrió peligro de caer en una situación similar?

– La política de Néstor Kirchner de superávit gemelos y un tipo de cambio competitivo fue algo muy distinto a lo que vino después. Con Cristina llegaron los controles muy fuertes a las importaciones, el cepo cambiario y otras medidas por el estilo. Esa política económica era chavista. Pero no terminó tan mal porque no tuvieron 18 años para llevarla adelante, pero sin lugar a dudas iban en la misma dirección. Menos mal que no se siguió en esa dirección.

-Sin embargo ahora hay preocupación porque aún no se percibe el repunte y las inversiones demoran. ¿Qué opina?

– Argentina estuvo muy lejos del resto del mundo por mucho tiempo y esto no se da vuelta de un día para el otro. La inversión es como la consumación de una relación amorosa. Primero hay toda una etapa de salidas y procesos previos. Y estamos en ese momento. Pero si se insiste en esta camino debería rendir sus frutos.

-¿Es preocupante el nivel de déficit fiscal actual?

-El rojo de las cuentas públicas es una consecuencia del bajo crecimiento. Pero este debería ser un año de repunte y esto ayudará a que el déficit sea menor. Pero, reitero, todo lleva su tiempo. Por otra parte, escuché mucho durante mi estadía que nuevamente en el interior la percepción es mucho mejor que la que existe en las grandes ciudades.

Fuente: Infobae

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