El dirigente es crítico de Mauricio Macri.”Mucha gente no quiere que vuelva Cristina y el instrumento que encuentra esa gente es Cambiemos. Ahora muy bien, pasaron tres años de gestión, los indicadores son iguales o peores que los de 2015 y si le damos la oportunidad en Cambiemos de votar a alguien que seguirá con esa política o de votar a alguien que va a tratar de cambiar, seguramente lo votará”.

Las vacaciones son un agente extraño en el cuerpo de Ricardo Alfonsín. Hacía muchos años que no se tomaba días de descanso lejos de Buenos Aires -donde vive- o de Chascomús -su pueblo natal- pero esta vez, empujado por sus hijos, el dirigente radical, de 67 años, se internó en el bosque de Valeria del Mar, donde aprovecha los días desde fines de diciembre para leer, escribir y caminar.

Desconexión es parcial

En la cabeza de Alfonsín no hay espacio que no esté colonizado por la vocación política y por los destinos de la Unión Cívica Radical. De modo que aunque los médicos le recomiendan descanso y vida sana tras haber sido operado del corazón, la coyuntura del año electoral lo tiene atado a pensar de qué forma su partido podría volver a gobernar.

Crítico de la posición que tomó la mayoría de sus correligionarios en el frente Cambiemos, Alfonsín cree que la UCR debe volver a ser leal con sus bases y encuentra en él mismo -aunque lo dirá con modestia- pero sobre todo en la figura joven de Martín Lousteau una opción para vencer en las internas de la alianza y cambiar el rumbo. “La UCR tiene miedo, pero Lousteau le puede ganar a Macri y tendríamos un presidente radical”, dice Alfonsín.

Sin candidato natural

Horas antes de esta charla, planteó en un posteo en sus redes sociales que “Cambiemos no tiene un candidato natural”, en referencia a que Macri sea la única alternativa del espacio.

“Creo que Martín Lousteau es un buen candidato para el partido, que le puede ganar a Macri en las PASO y que en 2019 podemos tener un Presidente radical”, sostiene, con esa forma de enunciar sus convicciones que recuerda a la que tenía su padre.

-Usted es un poco como un paria dentro del radicalismo que integra el frente Cambiemos. Es la voz más crítica.

-Sí, claro. Incluso muchos de los que habían dicho antes que si el PRO ganaba las PASO iban a tener actitud vigiladora de lo que hicieran, que estarían activos para evitar que se tomaran decisiones equivocadas, no lo hicieron. Decir a todo que sí no es la mejor manera de ayudar, ni a un amigo, ni a un hijo, ni a un gobierno. Nunca vi a un partido tan alejado de sus idearios, tan acrítico, ni siquiera cuando gobernaba Alfonsín o De la Rúa la UCR fue tan acrítica, tan afín, tan apocada.

-¿Y por qué cree que se da?

-Porque creyeron que hacer lo que habíamos dicho que íbamos a hacer era algo que podía generar más problemas que soluciones. ¡Pero era debatir! Yo no le tengo miedo a la discrepancia si uno actúa de manera responsable en una alianza. Era necesario que hubiera diálogo dentro de Cambiemos para que saldáramos las diferencias. No hubo un acuerdo programático. Eso es muy difícil de explicar. Y yo lo reclamo y me miran como algo impropio, inadecuado. Pero es lo más natural pedirlo.

-¿Siente que tal vez el radicalismo haya sido usado para acceder al Gobierno y dejado afuera para gobernar? ¿Si no hubo acuerdo programático para 2015-2019, por qué lo habría en la próxima gestión, en un eventual triunfo, en una más que probable decisión de la UCR de volver a competir dentro de Cambiemos?

-El radicalismo no fue usado. Se autocolocó en esta posición. Nunca nadie le dijo “ustedes no pueden opinar”. Probablemente el partido creyó que no señalar diferencias era lo mejor para el país. Pero a mí nadie me puede convencer de que acompañar decisiones que no son buenas para el país es lo mejor para el país. Y la UCR no reclamó el acuerdo programático. Es más, tendría que haber sido condición para el acuerdo del frente electoral. Teníamos el derecho y la obligación de tratar de evitar que cometieran errores. Y la única manera era opinar antes de que se tomaran las decisiones.

-¿Y cree que el radicalismo intentará ir a internas con el PRO o acatará en este caso también la decisión de Macri de ser “el candidato natural”?

-El PRO debe de haber aprendido que ese radicalismo condescendiente no le sirvió.

-Está siendo políticamente correcto.

-Dicen que Cicerón (filósofo y político del imperio Romano) estaba hablando una vez con otra persona sobre cuestiones polémicas y al cabo de 20 minutos de hablar él mientras el otro asentía le dijo “Por favor, dime algo no para que sepa que somos dos” (risas). Se necesita un Cicerón en el PRO, que les diga “muchachos avísenme antes de equivocarme, que me tengo que enterar por la reacción popular o por los resultados”. Creo que la UCR oficial actuó como si no tuviera derecho a opinar, como si solo pudiera decir que sí.

-¿Si se ratifica la política de alianza, los radicales de base quieren un candidato propio?

-La inmensa mayoría dice que sí. Y si se ratifica el acuerdo después hay que decir quién será el candidato. Y si los tres (PRO, ARI y UCR) quieren poner candidato que decidan los electores de Cambiemos cuál ofrece el mejor candidato.

-¿Usted cree que Lousteau le ganaría a Macri en esa interna?

-Yo quiero ser respetuoso porque Martín no ha dicho que quiere ser candidato. Me hacés una pregunta y no ponés la pregunta y parece que yo dije Lousteau va a ganar. Yo creo que el acuerdo se va a ratificar y creo que Lousteau y yo queremos que se amplíe Cambiemos. Esa era la mejor propuesta. Creo que Martín es un buen candidato para el partido. Me he sentido más acompañado por sus posiciones que por el radicalismo de mi propia provincia. El manifiesta sus discrepancias y elabora propuestas para enfrentar problemas de manera diferente a lo que lo hace el PRO.

-¿Y por qué cree que le ganaría?

-Porque los resultados están a la vista de lo que hizo el PRO. Ya pasaron tres años. Mucha gente todavía quiere que Cambiemos le gane a Unidad Ciudadana. No quiere que vuelva Cristina y el instrumento que encuentra esa gente es Cambiemos. Ahora muy bien, pasaron tres años de gestión, los indicadores son iguales o peores que los de 2015 y si le damos la oportunidad en Cambiemos de votar a alguien que seguirá con estas políticas o de votar a alguien que va a tratar de mejorar los problemas y cambiar, seguramente votará al radicalismo. Claro, tendremos que persuadir a la sociedad de que lo podemos hacer. Si gana el radicalismo gobernará la UCR, no el PRO. Como hoy gobierna el PRO.

fuente. infobae

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