El hecho fue descubierto a partir de una denuncia realizada por la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), en la provincia de Santa Fe. La delegación detectó en febrero que un anciano de 91 años vivía esclavizado y en condiciones infrahumanas en un campo desde hace 12 años.

Cuando los efectivos de Gendarmería entraron en la vivienda se encontraron con una heladera oxidada, una mesa desvencijada con poco más que un frasco de azúcar, una botella de aceite por la mitad y una pava abollada.

Todo estaba podrido

Desde la puerta el hollín en las paredes no permitía distinguir qué había en la segunda habitación. El piso era de tierra y la construcción de ladrillo, sin muebles, sin baño, apenas una cama, cajones de madera y baldes que cumplían distintas funciones.

Según se desprende de la investigación que salió a la luz en las últimas horas, a quien este medio se referirá como J.A.C. para preservar su identidad, de 91 años, vivía en ese lugar, prácticamente una tapera en un campo ubicado casi sobre la ruta 8, próximo al cruce con la ruta provincial 14, a 20 kilómetros de la localidad santafesina de Venado Tuerto.

Desde 2007

Allí y desde aproximadamente el año 2007 J.A.C. trabajaba en tareas de cría ovina y avícola, por las que le pagaban 200 pesos al mes.

Además, cuando el peón debía cobrar su jubilación, según relató, el dueño del campo identificado con las iniciales P.J.R. lo llevaba hasta el banco para quedarse con ese dinero.

El 18 de febrero el delegado de Uatre, Juan Flagerthy, junto a un equipo del Registro Nacional Trabajadores Rurales y Estibadores (Renatre), se hicieron presentes en el lugar con más dudas que certezas para entrevistarse con J.A.C.

200 pesos de sueldo

En esa primera charla, el peón reveló que 200 pesos era toda la paga que recibía por sus tareas y expresó: “El sueldo me alcanza para comprarme dos atados de puchos”.

Por su parte P.J.R., al ser consultado sobre la situación a la que sometía al hombre de 91 años, argumentó: “Él no cobra sueldo, si ya tiene la jubilación para qué le voy a pagar”. Al día siguiente, desde Uatre se presentó una denuncia ante el Ministerio de Trabajo local.

A principios de este mes el juez federal de Rosario, Carlos Vera Barros, trasladó el oficio al fiscal federal Javier Arzubi Calvo que ordenó a la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) que realizara durante dos días tareas de inteligencia para constatar la explotación laboral.

Condiciones infrahumanas

El informe presentado ante el fiscal daba cuenta de que J.A.C. vivía en una vivienda deteriorada y en condiciones de precariedad, sin revoque, con rajaduras en los techos y en las paredes. En condiciones infrahumanas.

Tras los trabajos de Gendarmería, el juez Vera Barros resolvió el viernes pasado un allanamiento en el que fue rescatada la víctima. Lo encontraron solo en el interior de la casa en la que sobrevivía. La fiscalía tuvo que comprarle ropa y zapatillas, confiaron a este medio fuentes cercanas a la investigación.

Esperará la citación de la justicia libre

J.A.C. en estos momentos se encuentra en un hospital local, mientras que el dueño del predio, P.J.R., aguarda en libertad la citación de la justicia, que en los tribunales estiman sería en los próximos días.

fuente. infobae

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