La semana comenzó con un aumento de la brecha cambiaria y baja en los bonos. La evolución de la divisa ahora depende de lo que pueda hacer el Gobierno para generar más confianza y previsibilidad sobre lo que viene en materia económica.

Con más de USD 757 millones vendidos hasta el día 9 (último dato oficial), septiembre apunta a ser el mes de mayor sangría de divisas para el Banco Central desde que volvió el cepo cambiario. Las continuas y elevadas ventas oficiales tampoco están logrando calmar a los “otros” tipos de cambio: el contado con liquidación subió ayer más de 2% hasta rozar los $ 130, mientras que el informal trepó hasta $ 132.

Incertidumbre

El panorama sigue cargado de incertidumbre. En este escenario lo más lógico para cualquier ahorrista es seguir aprovechando la posibilidad de comprar los USD 200 mientras dure, a un tipo de cambio que es casi 30% inferior al del dólar financiero. El Gobierno busca dar nuevas opciones para invertir en pesos, por ejemplo a través de un plazo fijo atado al tipo de cambio oficial (“dollar linked”). Es difícil, sin embargo, que los pequeños ahorristas se vean tentados por esta opción.

No más restricciones

Martín Guzmán insistió el fin de semana en que no piensa en ponerle más restricciones al cepo. Es decir mantendría el permiso de compra de USD 200, aunque cada día le resta más reservas liquidas al Central. En el equipo económico temen que más trabas puedan generar un salto mayor del “blue”, lo que llevaría a un deterioro todavía mayor de las expectativas. Algunos especulan que podrían volver los permisos previos de AFIP para la compra de dólar “solidario”, tal como existió entre 2012 a 2015. Pero todo sigue en el terreno de las especulaciones, aunque todo apunta a que habrá cada vez más controles para limitar el acceso al dólar oficial.

Complicado

El titular del BCRA, Miguel Pesce, está sumamente complicado. Como tantas otras veces en la Argentina, debe lidiar con una verdadera “manta corta”. Esto significa que no hay disponibles soluciones óptimas. Si cierra la ventana de los USD 200, la brecha cambiaria podría seguir en aumento.

Si se decide por un desdoblamiento del tipo de cambio, el golpe para las empresas sería durísimo. La razón es que los exportadores ingresarían divisas al tipo de cambio oficial, pero tendrían que pagar las deudas al tipo de cambio financiero, es decir un 80% más caro.

Vender bonos

La tercera opción, que parece la más factible en el cortísimo plazo, es salir a vender bonos para bajar las paridades, consiguiendo una disminución del dólar Bolsa y del contado con liquidación. El objetivo es volver a niveles de $ 115 o incluso menos. Es decir dar vuelta las expectativas negativas para que se suavice la presión cambiaria. Pero esto se haría a costa de un aumento del riesgo país a pocas semanas de haber concluido el canje. No suena muy lógico deprimir la paridad de los nuevos bonos cuando recién acaba de concluir la reestructuración de la deuda. Pero sería a esta altura el mal menor.

 

fuente: infobae

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