La Cámara de Casación es el escenario, otra vez, de una batalla de poder. La elección del nuevo presidente (o presidenta), prevista para el 13 de este mes, activó una serie de negociaciones internas que incluyen a jueces de otras instancias. Esta vez, el objetivo de fondo es otro: apartar a dos de los camaristas que podrían decidir la reapertura de la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la ex presidente Cristina Kirchner y otras personas por encubrimiento.

Se trata de Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, subrogantes de la Sala I. La maniobra, impulsada por los jueces más afines del kirchnerismo, tendría un amplio consenso interno. Pero encontraría un freno antes de lo esperado. Fuentes oficiales adelantaron a Infobae que el Consejo de la Magistratura llamaría a un plenario extraordinario para respaldar a los dos camaristas.

Hay una carrera contrareloj porque el 19 de este mes está prevista una audiencia en la Sala I, donde se decidirá si se abre a prueba la denuncia de Nisman.

El presidente de Casación, Alejandro Slokar, tiene previsto citar a un plenario seis días antes para elegir al nuevo presidente. Sería la excusa ideal para intentar apartar a los dos jueces que subrogan las vacantes en la Sala I (hasta febrero el kirchnerismo había ocupado esos lugares con dos abogados sin antecedentes). Falta la convocatoria formal, pero no hay otras fechas posibles ante las licencias de varios camaristas.

Si se concreta el plenario del 13, el kirchnerismo debería sumar otras voluntades que nunca le fueron afines. En el medio sobrevuelan prebendas y promesas cruzadas. Todos se miran de reojo. Y hay datos que generan sospechas. En las últimas horas, el juez Rodolfo Canicoba Corral reasumió la causa contra el camarista Juan Carlos Gemignani por la detención, escandalosa, de la secretaria María Amelia Expucci. El expediente estaba delegado en la fiscal Pamela Ochoa. La decisión, dicen en Comodoro Py, respondería a una serie de negociaciones para impulsar a Liliana Catucci en la presidencia de Casación.

Llamativamente, también se reabrió el sumario interno contra Expucci. “Si se complica la situación de la secretaria, se fortalece la defensa de Gemignani”, razonó una fuente judicial.

Pero la maniobra para apartar a los camaristas de la Sala I encontraría un límite en el corto plazo. Fuentes oficiales consultadas por este medio adelantaron que el Consejo de la Magistratura llamaría a un plenario extraordinario para ratificar a los subrogantes. Ayer, durante el plenario, hubo conversaciones entre el presidente del Consejo, Miguel Piedecasas, y el representante del Gobierno, Juan Mahiques, para impulsar un gesto de respaldo. A esa misma hora se aprobaban varias medidas de prueba para investigar a Ana María Figueroa, una de las impulsoras de los cambios en la Sala I.

“Las subrogancias en la Sala I fueron decididas en febrero sin un plazo específico y se ratificaron hace dos semanas. Es una facultad del Consejo y esto fue ratificado por la Corte Suprema en el fallo Uriarte”, advirtió una fuente oficial.

El Consejo de la Magistratura ayer citó a un plenario para el 15 de este mes, aunque podría impulsar una reunión extraordinaria antes si prospera la maniobra en Casación. Con todo, el conflicto pone en serio riesgo la audiencia del 19. Si eso ocurre, la denuncia de Nisman deberá esperar hasta 2017. Para algunos, será una victoria.

Fuente: Infobae

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