Una investigación de la UBA reveló datos preocupantes que apuntan a que a una mayor duración del aislamiento por la pandemia tiene una correlación directa con un mayor impacto psicológico negativo. Empeoró la vida sexual y hay mayor riesgo de sufrir un trastorno mental.

El impacto psicológico de la cuarentena es amplio, trascendente y duradero en el tiempo. Esas son las conclusiones de una revisión exhaustiva realizada por la doctora Samantha K Brooks de la King’s College London y otros investigadores, y publicada el 26 de febrero en la revista científica The Lancet. Por supuesto, eso no quiere decir que esta medida de aislamiento no deba implementarse, aclaran, ya que los efectos psicológicos de no hacer la cuarentena y dejar que el coronavirus se propague sin freno podrían ser aún peores. Pero debe aplicarse con cuidado.

Es buena, pero no tan buena

“Si la cuarentena es esencial, entonces nuestros resultados sugieren que se deberían tomar todas las medidas para asegurar que esta experiencia sea lo más tolerable posible para las personas”, escribieron los investigadores. “Si la experiencia de la cuarentena es negativa, puede haber consecuencias a largo plazo que pueden afectar no sólo a las personas, sino al sistema de salud y a aquellos que la implementaron”.

La realidad es que la cuarentena obligatoria suele ser una experiencia para nada placentera. La separación de los seres queridos, la pérdida de libertad, la incertidumbre sobre el estado de la pandemia y el creciente y a veces desesperante aburrimiento se suman a factores como las considerables pérdidas económicas de gran parte de la población.

Casi 60 días

En la Argentina, a partir del 20 de marzo de 2020 entró en vigencia el llamado “aislamiento social preventivo y obligatorio” en todo el territorio. Salvo ciertos trabajadores exceptuados, se decretó que la población solamente podía salir de sus hogares para obtener alimentos, medicamentos o pasear mascotas.

Un nuevo informe sobre salud mental realizado por investigadores del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) indaga sobre el impacto negativo de este aislamiento en el país, mediante un muestreo y un análisis comparativo sobre la misma sintomatología tomada a los 7/11 y a los 50/55 días de confinamiento.

Al momento de este informe, la cuarentena obligatoria llevaba cerca de 60 días, durante los cuales se realizaron modificaciones menores (habilitación de determinadas actividades) sin cambiar la restricción para la población general. Muy recientemente, se autorizaron medidas de apertura según las características de cada distrito. Por ejemplo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, epicentro de la COVID-19 en Argentina, solamente se habilitó el paseo de niños acompañados por sus padres por una hora, una vez por semana y a 500 metros de su hogar, mientras que en ciudades más pequeñas o con pocos casos las aperturas fueron mayores (DNU).

Malestar psicológico

“Casi el 70% de los participantes experimentan malestar psicológico a los 50-55 días de cuarentena obligatoria”, contó a Infobae el doctor Martín Etchevers, secretario de Investigación de la Facultad de Psicología y quien estuvo a cargo del estudio. “Menos de la mitad de los participantes realiza alguna de las actividades saludables que son factores protectores a nivel psicológico. El impacto psicológico de la cuarentena requiere intervenciones que abarquen toda la población afectada por la pandemia, el aislamiento, las perspectivas negativas sobre el futuro, las ideas negativas sobre sí mismos y el entorno.

Para elaborar este relevamiento, se administró una encuesta online, con muestreo incidental, estratificado según regiones geográficas del país a los 7-11 días y a los 50-55 días de la cuarentena obligatoria. Los protocolos completos y válidos totalizaron 2631 casos a los 7-11 días (27 al 31 de marzo de 2020) y 2068 casos a los 50-55 días de la cuarentena obligatoria (8 al 12 de mayo de 2020). Los participantes debieron responder sobre la presencia de sintomatología psicológica inespecífica en relación con 27 síntomas sufridos durante la última semana.

Índice de Severidad Global y de Trastorno Psicológico

Así, se calcularon dos índices: Índice de Severidad Global e Índice de Riesgo de Trastorno Psicológico. Además, entre otros puntos, se analizó la práctica de algunas conductas problemáticas tales como el abuso de alcohol, drogas ilegales y tabaco; y de conductas saludables, como la realización de actividad física/deportiva, la vida sexual y la práctica religiosa.

El promedio del Índice de Severidad Global de los 2631 participantes de la muestra 1 (7-11 días de cuarentena obligatoria) fue de 0,85 mientras que el promedio dicho índice de los 2068 participantes de la muestra 2 (50-55 días de cuarentena obligatoria) fue de 1,96. Es decir, a los 50-55 días se observó más del doble de sintomatología psicológica clínica que a los 7-11 días de cuarentena obligatoria.

Los investigadores también observaron un aumento significativo de casos en riesgo de padecer trastorno psicológico al comparar la muestra 1 y la muestra 2. En la muestra 1 (7-11 días de cuarentena obligatoria) la prevalencia de riesgo de trastornos psicológicos asciende a 4,86% mientras que en la muestra 2 (50-55 días de cuarentena obligatoria), es 5,7%. Ello significa que alrededor de 5 de cada 100 personas registran sintomatología clínicamente significativa, por lo que se encuentran en condición de riesgo psicológico.

“De acuerdo a nuestro estudio, los adultos jóvenes reportan mayor sintomatología que los adultos mayores”, concluyen los investigadores. “Una línea de explicación es que las personas de menor edad afrontan estrés mayores característicos del ciclo vital, incertidumbre en cuanto a la vivienda, inserción profesional, laboral, parejas menos consolidadas, embarazos, hijos pequeños.

Peor la pasan las mujeres

El estudio muestra hallazgos consistentes con la literatura científica que reporta mayores niveles de prevalencia global de síntomas psicológica en mujeres que en hombres. Una de las explicaciones habituales de esta diferencia se centra en que las mujeres reciben mayor estrés considerando la cantidad de tareas que desempeñan y la presión social que reciben así como la discriminación y violencia de la cual son objeto.

Los pobres sufren mucho más

Con respecto a los aspectos socioeconómicos, los sectores de menores ingresos que experimentan mayor riesgo de trastorno psicológico se encuentran a su vez más expuestos a la incertidumbre laboral, habitacional y económica.

“La cuarentena es una intervención conductual que se utiliza excepcionalmente ante un brote a falta de un tratamiento biomédico efectivo. Más de la mitad de la población no realiza ninguna de las actividades que se consideran saludables, que son las que permiten tolerar la cuarentena, amortiguando su impacto en el malestar psicológico. Que una minoría de la población recurra a estos factores protectores y que este hecho se acentúe con la duración de la cuarentena son predictores de un mayor impacto psicológico, y en la salud general. Por otra parte, la disminución de actividades saludables podría explicarse no solo por las restricciones sino como una consecuencia de sintomatología depresiva”.

La vida sexual se cae a pedazos

Un aspecto que sobresale tiene que ver con la vida sexual. El año pasado, el informe Estado de salud mental de la población y variables asociadas 2019 revelaba que un 35% de la población consideraba que tenía una insatisfacción sexual. Durante la cuarentena, la insatisfacción subió al 43,97%, a pesar de que no se observan diferencias significativas entre los niveles de satisfacción sexual a los 7-11 días y a los 50-55 días de cuarentena obligatoria. A lo largo del confinamiento, más del 80% de los participantes informó que su vida sexual empeoró.

 

 

fuente: infobae

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