Mientras estuvo en el cargo y mucho más después de que lo desplazaran, Federico Sturzenegger fue uno de los funcionarios más resistidos por varios de los que tenían acceso directo al Presidente. Pero nunca nadie del oficialismo lo desacreditó públicamente hasta casi ridiculizarlo como acaba de hacer Carlos Melconian en el libro recién publicado y titulado Cantar la Justa.

Cuenta el ex titular del Banco Nación, Carlos Melconian, que el día en que en 2015 se estaba por decidir cuál iba a ser la política económica del flamante gobierno y quien iba a ser el ministro de Economía, se presentaron tres proyectos:

1. El de Federico Sturzenegger, que terminaría al frente del Banco Central, llevaba como título “Don´t worry, be happy”, subestimando las dificultades de la situación e insinuando que el futuro iba a ser venturoso y que los problemas serían sencillos de resolver. Ni más ni menos que la ingenua y errada visión que tenía Mauricio Macri acerca de la “lluvia de dólares”, la facilidad para bajar la inflación y la existencia de un camino despejado para reducir la pobreza.

2. Melconian no sólo desaira a Sturzenegger. Otro que ese día presentó su plan en la Fundación Pensar fue Eduardo Levy Yeyati, sobre quien escribe: “No puedo opinar de Levy porque nunca entendí lo que presentó. Se hacía muy difícil seguirlo”.

3. También le baja el precio a Nicolás Dujovne, describiéndolo como el “que nos ayudaba en la parte de hacienda pública del programa”. O sea un asesor que, efectivamente, cuando incomprensiblemente Mauricio Macri lo designó ministro su tarea se centró en ajustar las cuentas como un almacenero.

También Melconian expuso su programa, que según él dice era “el más temeroso, aconsejaba empezar con los pies de plomo, y en materia monetaria, paradójicamente el más gradualista: desaconsejaba el shock monetario y cambiario que se terminó implementando”.

Como se sabe, el Ministerio de Economía quedó finalmente para Alfonso Prat Gay, a quien también crítica profusamente. Al duo que conformaron con Sturzenegger, Melconian les cuestiona el establecimiento de metas de inflación como herramienta para bajar los precios, la liberalización absoluta del movimiento de capitales, la eliminación de retenciones que mejoraban aún más las ganancias que los exportadores obtuvieron de la devaluación, la “grosera” política monetaria que giró alrededor de las Lebac, y fundamentalmente el endeudamiento desenfrenado que ellos iniciaron y que se potenció a lo largo de estos largos y duros 44 meses.

También reprueba la idea de que es posible bajar rápidamente la inflación y crecer al mismo tiempo, y sugiere que ante esa incompatibilidad se debería haber moderado el objetivo antiinflacionario.

Melconian asegura: “me reunía con el Presidente y le explicaba mi postura, pero él, por otro lado, tenía también los informes y comentarios de los CEO (el desprecio por los CEOS que acompañaban a Marcos Peña era recíproco) y del nuevo ministro Dujovne”. Le decía a Macri “no tengo el día y la hora, pero esto choca”.

Y vaya si chocó. Tuvo razón como muchos otros que desde la oposición también pronosticaban la inviabilidad macroeconómica del modelo, además de enfatizar su regresividad en materia social.

La diferencia sustancial entre una y otra crítica, es que la de Melconian gira en torno a la incumplida necesidad de equilibrar las cuentas fiscales, mientras que la oposición que hoy conforma el Frente de Todos, e incluso el Lavagnismo, nunca reclamaron más ajuste.

 

 

 

fuente: infobae

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