El Presupuesto prevé recursos por más de $920.000 millones y se sumarán $30.000 millones del Fondo Hídrico. La cartera que conduce Katopodis desde 2020 viene superando el 100% de ejecución.

Todo parece indicar que el ajuste en el gasto que aplicará el Gobierno para cumplir con las metas pautadas con el FMI durante 2023 no vendrá por el lado de la obra pública. Es más, el proyecto de ley de Presupuesto enviado al Congreso prevé fondos superiores a los $920.000 millones, a lo que se sumarán unos $30.000 millones del Fondo Hídrico. Además, en la cartera que conduce Gabriel Katopodis, señalan que en los períodos anteriores la ejecución superó el 100% de lo previsto inicialmente, por lo que esperan que la inversión supere el billón de pesos del año que viene.

A horas de que se presente oficialmente el presupuesto en la Cámara de Diputados, la llamada liga de gobernadores hizo un pedido público: “No frenar las obras en las provincias”. El texto girado por el Ministerio de Economía pareciera cumplir con ese punto del petitorio. El dato central pasa por el Ministerio de Obras Públicas que, de un presupuesto de $591.898 millones en 2022, pasará a contar con $921.645 millones en 2023.

A estos recursos se le sumarán unos $30.000 millones extra presupuestarios del Fondo Hídrico. Por otra parte, en un ejercicio habitual en la administración pública, a medida que avanza el año se van reasignando partidas hacia aquellos despachos que precisan más recursos. Allí la cartera de Katopodis podrían verse beneficiada. “En los ejercicios del 2020,2021 y 2022, los tres años, sobre ejecutamos el presupuesto. Es bastante factible que el año que viene suceda lo mismo, si ocurre de esa manera, ejecutaremos más de un billón de pesos”, explicaron fuentes cercanas al ministro a este medio.

Con esos números sobre la mesa, la solicitud de los gobernadores pareciera estar cumplida. No obstante, según pudo saber Ámbito, desde el Gobierno hubo un pedido concreto para que aquellas provincias y municipios que tienen superávit y cuentan con abultados fondos en plazos fijos y otros instrumentos financieros, los vuelquen a obras en sus territorios. En principio, habría acuerdo en ese punto.

La construcción sigue siendo uno de los sectores apuntados por el equipo económico para sostener la actividad. Los funcionarios confían en que, más allá del avance de la obra pública, el blanqueo que estará vigente por un año atraerá fondos por hasta u$s 5.000 millones. Al margen de reforzar las reservas, esto también potenciaría las obras privadas que también son un motor fundamental en el sector.

Según datos del INDEC, la construcción acumula un crecimiento del 6,3% interanual en los primeros siete meses del año. En cuánto al empleo, la suba es aún más pronunciada, alcanza el 17%. Se registran actualmente 428.183 puestos laborales, muy cerca del punto máximo de la serie que fue de 458.433 en julio de 2015.

La apuesta es que esa tendencia se mantenga en lo que resta del 2022 y en el 2023, año electoral. Para esto, se siguen explorando también las vías de financiamiento alternativas. Días atrás el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció la reapertura de la programación con el Banco Interamericano de Desarrollo y fondos extra por parte del Banco Mundial. No se descarta que con el aval de los multilaterales se puedan anunciar nuevos programas de desarrollo de infraestructura.

 

 

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