Nota de tapa: Rambito y Rambón en operación política frustrada

Por Pablo Batalla* para Diario Cuarto Poder / Pesó más el descrédito. La supuesta alianza que se gestaba entre Germán Alfaro y el referente de Fuerza Republicana, Ricardo Bussi, duró el fuego de artificio de una nota periodística. El terreno perdido es indescontable en JxC.

Malos actores

Fueron muchos los tucumanos que no se comieron el amague. Cuando Ricardo Bussi, aprovechando los micrófonos en una nota, invitó al intendente Germán Alfaro a armar una alianza opositora, pecó de mala actuación y se impuso el descrédito.

Nadie creyó que lo hacía por iniciativa propia, y menos que no lo hubieran conversado previamente, pero al intendente capitalino no le quedó otra que desmarcarse de la jugada y tratar de no quedar en off side, lo que finalmente ocurrió.

Fue el propio Bussi el que, en otra nota periodística afirmó que desistía de generar alianzas políticas con el espacio de Juntos por el Cambio (JxC) en Tucumán. Con ello se cerró la operación de recuperación de protagonismo que se quería poner en marcha.

Una vieja mala idea

Resulta que no se trataba de algo innovador surgido en este “alfarismo” errático y herido por la ventaja que le va sacando un rival que no estaba en los papeles, el ex intendente de Concepción y actual diputado nacional, Roberto Sánchez.

La idea de sumar al “bussismo” la había impulsado el intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, quien había cosechado las críticas desde un amplio sector del radicalismo y también del propio “lord mayor” capitalino.

Era imposible que un importante sector de la dirigencia de JxC en la provincia, acompañara al hijo de aquel que había secuestrado, torturado y desaparecido a tantos militantes y menos que lo tuviera dentro del propio espacio.

El piloto le sacó dos vueltas

Mientras Alfaro trata de dar manotazos de ahogado tratando de seguir a flote como referente y vender a Buenos Aires que es el mejor candidato para el 2023, el ex piloto concepcionense ya le sacó dos vueltas.

No solo se diferenció al asumir como diputado y evitar las críticas en torno a la condición de “testimonial” de muchas de las candidaturas, incluyendo la de Alfaro, sino que está tratando de meterse en la vidriera de luces del Congreso.

Horacio Larreta y los otros presidenciables de la oposición tienen en claro eso y recuerdan que Alfaro ya traicionó al “macrismo” cuando mandó a su mujer, Beatriz Ávila, a votar en contra de los lineamientos del espacio. Macri la trató de traidora.

Otra vuelta de tuerca de Campero

Quien había encendido la mecha recientemente fue el intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, quien dijo que Sánchez era el candidato a disputar la Gobernación en 2023. Con ello se ganó la inmediata crítica de Alfaro y de José Cano, entre otros.

Justamente los dos más enardecidos fueron aquellos que perdieron mucho terreno en cuanto al liderazgo del espacio en la provincia. Alfaro está lejos del sueño de ser el candidato número uno y Cano mucho peor posicionado.

Es por ello que Campero aprovechó la apertura de sesiones del Concejo Deliberante de la “Ciudad Jardín” para reiterar su apoyo a Sánchez para que sea el referente de la oposición. El resto de los referentes ya están tomando los tranquilizantes.

Aguas calmas en el oficialismo

Mientras que la oposición es un hormiguero pateado, en el oficialismo las aguas están más calmadas que nunca y aquella interna entre Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, parece sepultada en el olvido. El tranqueño está abocado a la gestión.

La relación con el Jefe de Gabinete se muestra armónica y nadie puede decir que este campo de ensayo en la Gobernación le es desfavorable a Jaldo, porque ha demostrado que pudo pasar de su rol legislativo a un protagónico Ejecutivo.

El pragmatismo que le da su condición de contador y su experiencia como tiempista político, le allanan el camino, pero él prefiere que, por el momento, no se hable de política. Ya habrá tiempo en 2023 y la cosa se pondrá entretenida en Tucumán.

*Columnista y analista político.

Comments

Comentarios