Nota de tapa: “Me duele abuelito”

Por la inseguridad, todos somos Simón. El hecho en el que fue baleado un niño de sólo cinco años, conmueve a la sociedad tucumana y es una de las muestras del nivel de inseguridad al que están expuestos miles de tucumanos. Simón se recupera pero el problema aflige a miles de tucumanos, que no hallan respuesta en el accionar de las autoridades del área: Amado y Hofer.

Uno de los momentos de mayor alegría de Simón Diego Alberto Urueña Salva, un niño de sólo cinco años, es cuando concurre a la academia de folclore, en donde aprende las danzas típicas que tanto le apasionan. También es un momento de alegría y orgullo para su abuelo, Alberto René Urueña, quien muchas veces lo lleva y trae en su moto. Sin embargo, el viernes de la semana pasada, ese rito que los tiene como “compinches y amigos” se transformó en una pesadilla. Cuatro sujetos que iban en dos motos los encerraron en el pasaje Boulogne Sur Mer y Lincoln, aparentemente con la intención de quitarles la moto, pero algo salió mal, porque uno de los malvivientes, sin que mediara palabra, realizó un disparo que impactó en el pequeño, que iba delante del abuelo. Esa gruesa equivocación de los delincuentes hizo que huyeran dejando a todos los presentes con una sensación de impotencia. Era de noche pero la zona estaba muy concurrida y transitada, al punto que una vecina y un conductor asistieron al pequeño y su abuelo.
“¡Le diste al chiquito!” había sido la única expresión que uno de los delincuentes tuvo antes de que se dieran a la fuga. En efecto, Simón, había sido herido y pese a que en un primer momento no había sangre, con la ayuda de una vecina que les ofreció agua, se percataron de las consecuencias del disparo. El niño no perdió el conocimiento y fue trasladado en un auto por un conductor que se ofreció a llevarlo al Hospital de Niños, en donde fue intervenido quirúrgicamente para sacarle el proyectil. Afortunadamente el pequeño se recupera de este hecho, pero tal como sucedieron los acontecimientos podría haber protagonizado un desenlace fatal.
A pocos metros de allí, un número importante de chicos jugaba al fútbol cinco en unas canchas que existen en la zona. Si se armaba una balacera, las consecuencias podrían haber sido fatales para muchos chicos.

Del arrebato al robo de motos
Una de las problemáticas más fuertes de la inseguridad en nuestra provincia es la del motoarrebato, a la cual ninguna de las estrategias y acciones establecidas desde el Ministerio de Gobierno, a cargo de Regino Amado, o de la Secretaría de Seguridad, cuyo titular es Paul Hofer, han dado resultado. Las argumentaciones y explicaciones que han dado en torno a su iniciativa de pecheras y cascos con la patente del rodado o la posible prohibición para la circulación de dos sujetos del sexo masculino en ese motovehículo, han logrado convencer a los parlamentarios encargados de recepcionar esa inquietud del Poder Ejecutivo. Las dudas y objeciones planteadas por los legisladores, no fueron evacuadas de manera certera por los funcionarios identificados con el “alperovichismo”.
Tampoco esas explicaciones convencieron a los otros factores convocados para opinar, como el caso de la cámara que nuclea a los propietarios de estaciones de servicios, a quienes se les quería imponer la responsabilidad de no vender combustible a quienes no se ajustaran a las normas. En ese caso, se chocaba con la imposibilidad de ejercer esas empresas un poder de policía en caso de agresiones.
El resultado de la falta de construcción de un conjunto de soluciones por parte del Ejecutivo provincial, fue el incremento de los casos de motoarrebato, en los que los sujetos se llevan carteras, celulares o billeteras. Sin embargo, en los últimos tiempos, los delincuentes parecen haber evolucionado, no sólo en la modalidad delictual, sino también en los objetivos. Ahora se roban directamente las motos. Para ello se desplazan en número importante, también en motovehículos, de los cuales bajan a punta de pistola a sus ocupantes y se llevan los rodados.
En el caso del pequeño Simón, ni siquiera se tomaron el trabajo de amedrentar a los ocupantes, sino que directamente utilizaron un arma de fuego. A ese peligro estamos expuestos todos los tucumanos, en esta inseguridad que dejó hace mucho de ser una sensación.

Proyecciones de muerte escalofriantes
Las frías estadísticas siempre chocan con la cercanía y solidaridad que generan las historias de vida que hay detrás de cada una de las víctimas. Pero hay algo en ellas que las hace contundentes. En ese sentido, el Observatorio de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), señala que en lo que va del año se cometieron más de un centenar de homicidios, los cuales pueden alcanzar la escalofriante cifra de 120 a la finalización de 2017. Los delitos que consignan son los reflejados por los medios de comunicación y los comunicados por las autoridades policiales.
Ante la contundencia de estas cifras, la baja en los delitos señalada por Hofer en las estadísticas proporcionadas por la Suprema Corte de Justicia de la provincia, no parece brindar esperanzas concretas de una retracción de los hechos de inseguridad. Algunos expertos consideran que la solución es global y que una de las acciones inmediatas es contar con una división especializada en ese tipo de delitos.

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