Nota de tapa: Juego de espías en el área de Seguridad

La cuestión de privilegio planteada contra el secretario de Seguridad de la provincia, Paul Hofer, dejó al descubierto las maniobras de espionaje que se llevan adelante contra funcionarios, políticos, empresarios y periodistas en la provincia. No habría intención de apoyar al titular de esa área que no pudo contra la inseguridad.

Pareció que se trataba de un duelo dialéctico que tuvo lugar a través de las redes sociales, pero esa fue sólo la mecha que encendió un nuevo escándalo político en Tucumán.
El encontronazo que tuvieron en dos ocasiones, el secretario de Seguridad de la provincia, Paul Hofer, y el vicepresidente 2º de la Cámara, el radical Ariel García, derivó en el pedido de una “cuestión de privilegio” contra el funcionario responsable de esa cartera. Pero no se trató de un simple pedido o de una dialéctica propia del folclore político, sino que implica una fuerte denuncia de espionaje político, empresarial y periodístico, que pone a Hofer contra las cuerdas.
La situación del titular del área de Seguridad no parece ser de las mejores, toda vez que en la última sesión legislativa, García realizó el pedido de “cuestión de privilegio” en su contra, y ninguno de los parlamentarios del oficialismo salió en su defensa. Quizás el fuerte tenor de la denuncia y la cercana fecha del 24 de marzo, hicieron que nadie quisiera respaldar a alguien acusado de hacer espionaje. Al parecer, el malestar legislativo se debería a que no sólo se espiaría a la oposición sino también a los propios hombres del oficialismo, empresarios y periodistas.

Grave acusación
La acusación es por demás grave, teniendo en cuenta que, de no mediar autorización judicial, el funcionario en cuestión habría cometido un grave delito y un exceso en sus funciones, que bien podría valerle su alejamiento del cargo. La suerte de Hofer quedará en manos, primero de la comisión legislativa respectiva, y luego de la voluntad de la totalidad de los parlamentarios, quienes no han expresado públicamente sus posiciones al respecto, pero que en privado se solidarizaron con el vicepresidente 2º de la Cámara.
Para colmo de males, un parlamentario de vieja raigambre justicialista habría expresado su voluntad de avanzar en la cuestión de privilegio y en la investigación de los hechos señalados por García, quien sostuvo que la actitud de Hofer es “buscar dar carpetazos”, no sólo a los representantes de la oposición sino también a los propios.
Trascendió además que el único que sostiene en este momento al funcionario sería el actual senador nacional, José Jorge Alperovich, en cuya gestión habría sido designado. Habrá que ver si el parlamentario nacional sigue opinando de igual manera si se comprueba la veracidad de las fuertes acusaciones formuladas por el legislador radical que integra la mesa de conducción de la Cámara.

La inseguridad le juega en contra
La situación de Hofer se complica aún más por los escasos resultados que han generado sus estrategias para disminuir la inseguridad en la provincia. La exposición del titular del área de Seguridad ha sido más frecuente en las últimas semanas, como consecuencia de la presentación del proyecto de ley para tratar de frenar el accionar de los motoarrebatadores. El conjunto de acciones que se incluyó en ese proyecto no convence a los sectores involucrados y menos a una porción importante de parlamentarios, que considera que se deben incorporar algunos ajustes. En ese sentido, no habría caído bien que el funcionario en cuestión no haya concurrido a la Cámara a dar explicaciones y detalles de la normativa ante los legisladores. Esa actitud habría disparado la polémica con García y el desacuerdo con otros parlamentarios provinciales. El hecho de que Hofer pusiera más énfasis en controlar a los políticos, empresarios y periodistas, que trabajar en la neutralización de los delincuentes, sin duda, es una de las razones por la cual su alejamiento del cargo podría ser inminente.
Los próximos días pueden ser clave, en lo que hace al tratamiento de esta cuestión de privilegio en la comisión respectiva. Si se comprueba que las acusaciones son certeras, no quedarán muchas opciones para un funcionario que pasa, sin pena ni gloria, por el área de la Seguridad.

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