Nota de Tapa: Fracturados

Por Manuel Rivas* de Diario Cuarto Poder / Tal como lo anticipamos. Advertimos en una reciente tapa que había peligro de fractura, no sólo en el oficialismo provincial sino también en las filas de la oposición. El vaticinio se confirmó y las PASO se ponen picantes.

Sin ser Nostradamus

Una reciente tapa de Diario Cuarto Poder anticipaba el “peligro de fractura” que finalmente se produjo, no sólo en las filas del oficialismo provincial, sino también en un amplio sector de la oposición que integra el espacio que se conoce como “Cambiemos”.
Los indicios indicaban que iba a ser difícil superar las diferencias entre Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, dentro del oficialismo, de las que se señalaron las verdaderas razones, en las declaraciones del Vicegobernador: las intenciones de reelección indefinida.
Y en el caso de la oposición, la necesidad de reposicionamiento luego del “macrismo”, obligaba a pensar en candidaturas, aunque todos los dirigentes sostenían que la unidad no tenía relación directa con quienes integraban las listas.
De este modo, los referentes que se colocaron en las listas de precandidatos, se juegan mucho más que una elección intermedia, como lo son las próximas legislativas nacionales, sino que tienen la mirada puesta en las elecciones provinciales de 2023.

Manzur apuesta a la pandemia

La lista del oficialismo provincial tiene como precandidatos en ambas listas (senadores y diputados), a médicos. En senadores, encabeza Pablo Yedlin; mientras que, en diputados, hace lo propio Rossana Chahla. Eso hace suponer que la campaña se recostará en la pandemia.
La vacunación y la llegada de nuevas dosis será e caballo de batalla en una lista en la que el propio Juan Manzur irá como precandidato suplente a senador, lo que también abre un sinfín de especulaciones electorales y de cara a su futuro político –no tiene reelección-.
Yedlin es secundado por la legisladora provincial Sandra Mendoza, quien resulta ser la única precandidata que cuenta con territorio, el que le garantizan los “Mellizos” José y Enrique Orellana. El compañero de Chahla, el camporista Oscar Melo, responde a un pedido de “Wado” de Pedro.
En los lugares menos salibles, el “manzurismo” trata de compensar la falta de territorio con la inclusión de la intendenta Elia Mansilla y del referente Jorge Leal. Estas elecciones por supuesto que generan rispideces filas adentro de las que hablaremos más adelante.

Jaldo pone todas las fichas al territorio

El Vicegobernador abrió la puerta a la unidad, pero no dejó de construir. Eso le permitió presentar una lista de precandidatos fuerte, en la cual las dos puntas de lanza a senadores y diputados, son Juan Antonio Ruiz Olivares y el propio Osvaldo Jaldo.
Con Ruiz Olivares garantiza votos en el Oeste; en tanto que quien acompaña al “Gallego” es la legisladora Graciela Gutiérrez, esposa del intendente de Alderetes, Aldo Salomón, con lo que se fortalece el caudal del Este.
En esta sección también garantiza fortaleza la segunda precandidata a diputada nacional, Gladys Medina, esposa del intendente de Banda del Río Salí, Darío Monteros. También acompañan Roque Tobías Álvarez y la ex intendenta de Famaillá, Patricia Lizárraga.
El propio Jaldo tracciona en todas las secciones electorales, porque encabeza una campaña en la que recorre, casi de manera maratónica, distintos puntos de la provincia, además de recibir dirigentes, instituciones, emprendedores, clubes y más, en la sede legislativa.

Los heridos del oficialismo

El estilo impuesto en los tiempos del “alperovichismo” de llevar como candidatos a los amigos y cercanos, sin tener en cuenta si contaban con territorio y con votos reales, se sigue aplicando, por continuidad en el “manzurismo”.
Justamente ese estilo es el que ha cansado a los dirigentes y militantes de base, que están cansados de traccionar votos para esos “amigos” del poder, que después no los atienden en sus despachos o no aparecen más por los lugares que recorrieron en elecciones.
Es por ello que muchos de ellos, cansados de esta situación, ven en el espacio del “jaldismo”, una estructura que responde más a los lineamientos del Justicialismo. Esos militantes ya no quieren senadores y diputados “paracaidistas”.
Dentro del propio “manzurismo” hay peronistas que quedaron con “la ñata contra el vidrio”, porque pensaban que cotizaban en la “bolsa electoral”, por los méritos de la gestión, pero se quedaron afuera una vez más.

Más allá del folclore, las PASO ordenarán las cosas

Más allá de la virulencia y los enfrentamientos verbales que se generan dentro del oficialismo, de cara a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), muchas de ellas, parte del folclore político, la cuestión es más profunda.
Hace tiempo que no se veía una interna en la que las fuerzas parecen estar parejas. Más allá de que los “manzuristas” sostienen que tienen el aparato y el PJ, pero sucede que las acusaciones de ser opositor y las advertencias de expulsión a Jaldo no cuajaron.
Todas las versiones que se lanzaron en cuanto a que el Vicegobernador dejaría las filas del Justicialismo o que estaba en contra de Alberto y Cristina, se fueron diluyendo en las “fake news” de los “trolls”, que muchas veces carecieron de ingenio.
Hay analistas políticos que sostienen que estas PASO acomodarán las cosas. Unos dicen que aún perdiendo, Jaldo ganaría, porque el margen sería escaso. Otros afirman que lo que le juega en contra a Manzur es la imposibilidad de reelección.

La teoría de los relojes sin la reelección

Los dos pesos pesados del oficialismo, Manzur y Jaldo, están sujetos a lo que llamo la Teoría de los Relojes. Cuando el reloj del Gobernador avanza, éste se debilita debido a la imposibilidad de ser reelegido.
Mientras que cuando avanza el reloj del Vicegobernador, éste se fortalece, porque sus posibilidades de candidatearse a Gobernador en 2023 crecen, asentadas en el posicionamiento generado en su trayectoria política.
Algunos sostienen que le toca a él, tras dos gestiones como Vicegobernador y su experiencia como ministro del Interior, en donde generó muchos contactos territoriales que ahora resultan muy oportunos.
Por otra parte, si el delfín de Manzur resulta ser Pablo Yedlin, la cuestión se le simplificaría a Jaldo por las mismas razones que expusimos precedentemente bajo el subtítulo de “Los heridos del oficialismo”.

La oposición dividida con los dos ojos en 2023

Justamente en un escenario con un oficialismo partido en dos, la oposición tenía la gran oportunidad de mostrar consenso y unidad, lo que no ocurrió, porque no sólo se pensó en las candidaturas de medio término sino más bien en posicionamientos para el 2023.
El post macrismo dejó a Cambiemos sin un conductor claro y eso se reflejó en las distintas decisiones que se tomaron. Por un lado, José Cano y Silvia Elías encontraron coincidencias y se presentan a disputar el liderazgo de la oposición.
Por el otro, Germán Alfaro, quien trató de ser bendecido desde Buenos Aires, se presenta con la estructura que le da la gestión municipal, sumada al apoyo del intendente de Bella Vista, Sebastián Salazar y el legislador Raúl Albarracín, ambos radicales.
En tanto que los intendentes macristas, Mariano Campero (Yerba Buena) y Roberto Sánchez (Concepción), y el dirigente rural Sebastián Murga, completan el tercer espacio, que busca un posicionamiento para discutir el liderazgo.

Toda la carne en el asador

Los opositores no tendrán tiempo de mirar qué es lo que pasa en el oficialismo en las PASO, porque tendrán la dura tarea de captar, no sólo a sus partidarios sino también a un electorado independiente que puede llegar a simpatizar con ellos.
La dupla Cano y Elías de Pérez trata de aferrarse al posicionamiento que en algún momento les permitió a ambos ser candidatos a disputar el “Sillón de Lucas Córdoba”. En esta ocasión, sus antiguos aliados tienen el mismo deseo.
El que no disimula ese deseo es el intendente capitalino, quien quiere apoyarse en la gestión municipal para ir a las legislativas, algo que no tiene nada que ver pero que siempre se hace, aunque la realidad es que se juega ser candidato en 2023.
Campero y Sánchez integran el espacio que impulsaba una alianza con Fuerza Republicana (FR). Pese a las resistencias y a las declaraciones ultra críticas de Ricardo Bussi, no desecharon esa idea. El intendente de Yerba Buena quiere ser gobernador.

Los no fracturados

Dentro de esta campaña electoral de cara a las PASO hay sectores que no entrarán en confrontación, pero que tendrán la oportunidad de consolidar sus discursos, no sólo de quienes son seguidores seguros, sino también de los independientes.
Ricardo Bussi desempolvará el discurso contra la inseguridad, que tantos réditos le dio, aunque no repita que “preso que no trabaje no come” o que sacará al Ejército a las calles, cuestiones a todas luces imposibles de cumplir por su parte.
En el Frente de Izquierda Unida tampoco habrá demasiados problemas y sus candidatos irán por la superación del corte establecido en estas primarias. Los que no están fracturados pueden usar la elección como una encuesta general de lujo.
Los jugadores están designados y ya orejean los naipes que les tocaron en suerte. Las cartas se irán bajando a medida que avance la campaña y se defina si los yesos ayudarán a soldar los huesos o quedarán secuelas permanentes.

*Profesor de Letras e Historia, periodista y escritor. Director de Diario Cuarto Poder.

 

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