gay
La mujer, denunciada por un joven gay que besaba a su pareja acaloradamente en un bar a las 4 de la tarde, dio su versión de los hechos. Dijo que nunca discriminó a nadie y que al joven gay le molestó que cambiara de asiento a su pequeño nieto para que no vea tal escena. El violento fue él que a lo gritos se posó a su lado a gritarle que lo estaba discriminando en el día del Orgullo Gay.

Este domingo, Augusto Moeykens denunció en las redes sociales que había sido discriminado en el bar Benito Santos Café.

Según relató el joven, un beso con su pareja despertó el enojo de una señora que se encontraba junto a su pequeño nieto en una mesa contigua.
La señora, María Cristina Virla, tiene otra versión sobre lo ocurrido:
“Las cosas en el café sucedieron asi: estábamos con mi hija mayor, una amiga y mi nieto.
 
Ya habíamos tomado nuestro café. Debían ser las cuatro de la tarde. Y entraron ellos.
 
Eran cinco. Moeykens y su pareja, su madre y dos amigos.
 
Moykens y su pareja se sentaron casi frente a mi nieto y se empezaron a besar en la boca. Fuerte.
 
Yo que estaba al lado de mi nieto, los vi, y sin decir nada, corrí mi silla a la punta de la mesa, lo hice sentar allí a mi nieto, corrí la silla donde estaba antes él y me senté yo.
 
No les dije una sola palabra. Eso lo molestó a Moykens que se paró y vino adonde estábamos nosotros y me encaró en voz alta, como para que todo el bar escuchara.
 
Me dijo que yo lo estaba discriminando!! Por cambiar de lugar a mi nieto!
 
Yo le contesté que de ninguna manera lo discriminé. Que simplemente no quería que Juan viera el espectáculo de los besos, porque no tiene edad para ver ese espectáculo.
 
Me dijo que si lo discriminaba y que le diera mi nombre porque me quería hacer una denuncia por discriminación!
 
Le pregunté como se llamaba él y me dijo. Y yo le contesté que era Maria Cristina Virla y le estiré la mano para presentarme.
 
Le reiteré que no lo discriminaba, y le expliqué el porqué de la corrida de la silla.
 
Me dijo que yo le debía un disculpa.
 
Yo le dije que si  mi actitud de cambiar de sitio a mi nieto lo había hecho sentir mal, yo me diculpaba, pero que volvería a hacerlo por el bien del niño. Que no era el momento ni el lugar para besarse en la boca.
 
Que era una cuestión de la esfera privada de las personas.
 
El volvió a su lugar, y yo muy amigablemente me acerqué al rato a hablar con el, su pareja y su madre.
 
Y le reiteré  que así fuera una pareja hetero, era igual. Que era una cuestión de ubicación y de buen gusto, y que no se sintiera mal.
 
Francamente, creí que se había zanjado la cuestión. Hasta que a la noche me avisan que había subido el video (que los amigos habían estado grabando) y con un relato que no era la verdad.
 
Dijo por ejemplo que yo dije que su actitud era asquerosa e inmoral.

 

Eso es una mentira… Por suerte había mucha gente y escucharon todo. Jamás dije eso…
 
Soy una persona culta y formada. Nunca discriminé a nadie y respeto las preferencias de cada uno.
 
Esta persona como tenía que acusarme de discriminación inventó esas palabras. Yo jamás dije eso.
 
Así como él reclama su libertad, y está bien que así sea, él también debe respetar la mía, de decidir qué mira mi nieto.
 
El es mi obligación. Y no quiero que vea lo que no corresponde por su edad.
 
He recibido desde anoche montones de llamados y mensajes de apoyo, de gente que sabe como soy yo.

Es una pena. La aceptación no se logra con violencia o mentiras.
 

Yo jamás tuve ninguna actitud violenta como Moeykens dijo en su falso relato.

Por suerte está el video para  apoyar lo que digo.

 
Ahí se vé que el único violento es él.”

fuente: contexto

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