Tenía 88 años y convivía con problemas de salud desde hace meses. Nació en Roma en 1930. Fundó un imperio con patas en la construcción, el negocio automotriz y la obra pública. Tuvo vínculos con todos los gobiernos desde los 70.

Creo cien empresas

A lo largo de casi sesenta años creó y manejó más de cien empresas. Muchas fueron un éxito y otras un desastre. Alternó en terrenos tan distintos como la construcción, la fabricación y venta de automóviles, el correo, los residuos, el capital financiero, la obra pública o los electrodomésticos, y supo adaptar sus sueños y ambiciones, sus éxitos y fracasos, sus esperanzas y decepciones según los vientos que soplaran en un país en el que soplaron vendavales y en el que en seis décadas pasó por todo: Estado presente, Estado ausente, economía abierta, economía cerrada, dictablandas, dictaduras, democracias esperanzadas, autoritarias, violentas, corruptas o estúpidas.

Originales e innovadoras

Muchas de sus empresas fueron originales, innovadoras, tomaron el pulso a una sociedad que cambiaba a veces por horas y ayudaron a modificar sus hábitos y costumbres: Movicom, por ejemplo, o Pago Fácil, o Autopistas del Sol. La muerte de Franco Macri, a los 88 años, hace descender el telón sobre una vida novelesca y casi de leyenda.

Franco Macri, que murió en la noche del sábado en su casa de Barrio Parque, no fue un heredero. Llegó a la Argentina con una mano atrás y otra adelante y se hizo solo, entre luces y sombras, como solo construyó su imperio económico y empresarial.

Nació en Roma

El padre del presidente Mauricio Macri nació el 15 de abril de 1930 en Roma, en la zona del Lazio, el barrio que sueña con la aristocracia imperial en una Roma que siempre será de Alberto Sordi. Si el hombre es en gran parte la infancia que vivió, Franco Macri jamás pudo superar la separación de sus padres y cierto desinterés por su destino por parte de su madre: “Las heridas que dejó en mí la aparente facilidad con que mi madre me abandonó, primero en un colegio donde estuve pupilo, luego en la vida de Roma en época de guerra, no habían cicatrizado –confesó en su autobiografía– Si bien no estoy seguro de cómo afectó mi relación con las mujeres, no tengo duda de que lo hizo”.

A los 19 vino a la Argentina

Tenía nueve años al estallar la Segunda Guerra, quince cuando terminó y diecinueve cuando emprendió el viaje a la Argentina junto a su hermano Tonino, de catorce, y a su hermana más chica, María Pía. En Buenos Aires los esperaba su padre, Giorgio, que era accionista de SADOP (Sociedad Anónima de Dragado y Obras Portuarias) y fundador, en 1955, de la constructora Vimac. Si Franco se dedicó en sus primeros años en el país al duro oficio de peón de albañil, es un dato en discusión: no hay demasiados testimonios que certifiquen esas jornadas, salvo ciertos episodios de fervor juvenil en los andamios encalados, que el propio Franco difundió tal vez para mantener el mito en pie.

fuente. clarín

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