Letras de Fuego / Entrevista / Por Manuel Rivas*. En el programa radial de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), “Letras al aire”, que se transmite por Radio Universidad, entrevistamos al escritor Miguel Ángel Figueroa, que hoy presenta “Raros”.

Un hombre amante de las letras

El lunes pasado, en el programa radial de SADE Tucumán, “Letras al aire”, el escritor Miguel Ángel Figueroa anticipó la presentación presencial de su libro “Raros”, que será hoy, jueves 16 de noviembre, a las 19, en la Biblioteca Nicolás Avellaneda.

La conductora anunció a Figueroa, que fue entrevistado en uno de los bloques de la emisión radial. El entrevistador destacó que el autor de la nouvelle es Licenciado en Letras Clásicas de la UNT y uno de los fundadores del Espacio de Epicuro.

El taller comenzó como un lugar de disfrute de la lectura y, a medida que transcurrió el tiempo, sus participantes comenzaron a trabajar en escritos que dieron sus resultados en la publicación de fanzines y libros, con muy buena repercusión.

Manuel Rivas (MR): —Usted no se animaba a publicar ¿Cómo hizo para decidirse?

Miguel Ángel Figueroa (MAF): —Este libro surgió gracias a la poeta tucumana María Belén Aguirre, quien me incentivó. Aún tengo grabado ese encuentro en el Mayo de las Letras 2022.

MR: —Recuerdo que fue una arenga muy dura.

MAF: —Sí. No sabía en realidad a quién le estaba hablando cuando dijo Miguel. Pensé en Miguel Hernández y en Miguel Cervantes Saavedra. Yo miraba para todos lados y me estaba hablando a mí. Gracias a ella me animé a publicar.

MR: —Fue una arenga muy dura pero a veces nos hace falta ser sacudidos. ¿Se sintió sacudido en ese momento?

MAF: —Sí, cuando caí que se refería a mí, me dije que tenía que publicar. A partir de allí comenzó a girar en mi cabeza un tema, porque nosotros desde el Espacio de Epicuro publicamos antologías. Y de esas publicaciones surgen disparadores para continuar creando. Me gusta trabajar en equipo porque no adhiero al individualismo ni el egoísmo. Luego de la arenga de María Belén Aguirre y mi decisión de publicar, fui avanzando. El libro no está dedicado a ella sino a mis padres, Olga Andrade y Leandro Figueroa, que lo financiaron, aunque seguramente en una próxima edición tendrá su justa dedicatoria, porque considero que es una gran escritora que debería regresar a Tucumán porque tiene mucho para dar.

MR: —¿Hubo algún otro disparador además de las antologías?

MAF: —En el año 2021, Juan Carlos Mon me pasó el archivo de “San Palito”, una colección de cuentos. La primera idea que me quedó grabada a fuego en la cabeza, luego de la lectura, fue la de un niño patológicamente tímido. A partir de allí me surgió una pregunta: ¿Qué puedo hacer con este niño? Es por ello que en la tapa hay un niño sentado con la mirada hacia abajo. Empecé a imaginar ese niño. El primer título que tuvo el libro fue “El niño que no hablaba”, pero después fueron surgiendo otras imágenes y apareció la figura de la madre.

MR: —¿Cómo evolucionó ese cambio de título?

MAF: —Cómo el título inicial no coincidía con la historia que estábamos desarrollando, me dije: vamos a proponer otro título y mi borrador se lo pasé a la escritora Laura Lafuente, quien sugirió el título “Raros”. Después, con Juan Carlos Mon fuimos a Aguilares a presentar “San Palito”. Luego, en un bar, cada uno de los comensales eligieron cosas diferentes y Mon, como es un poco humorista y su libro es una sátira de Tucumán, dijo: “Acá somos todos raros”. Fue la ratificación del título que me había sugerido Laura Lafuente y me decidí a bautizarlo “Los raros”.

MR: —¿Ese artículo no sobrevivió?

MAF: —No, la editora Constanza Toro, de Libros Tucumán, elimina el artículo y queda “Raros”. Como no sé nada de marketing, acepté, pero generalmente lo llamo al libro “Los raros”. Luego, una conocida que tenemos en común, la escritora bonaerense Inés Cortón, me dijo que se lo podría confundir con “Los raros”, de Rubén Darío. Hasta ese momento no lo había pensado.

MR: —Con eso le dio más individualidad a su libro, lo que no me parece raro (risas).

MAF: —Claro (risas). Puede ser, son escritores totalmente diferentes y yo no soy Rubén Darío, porque para ser como él hay que tener un nivel intelectual altísimo. Con eso ya quedó el título tal como fue publicado.

MR: —¿Cuándo lo presenta?

MAF: —Este jueves 16 de noviembre, a las 19, en la Biblioteca Nicolás Avellaneda, que está en avenida Ejército del Norte y Mendoza.

MR: —¿Estará el escritor Gustavo Díaz Arias?

MAF: —El profesor Gustavo Díaz Arias presentará de nuevo el libro porque ya lo hicimos de manera virtual para que estuvieran María Belén Aguirre, Inés Cortón y otros amigos escritores que no viven en la provincia. Está será la primera presentación presencial. La entrada es libre y gratuita y puede ir cualquier persona que esté interesada en la literatura. Definimos el lugar con el encargado de la Biblioteca, Rolando Soria, quien posibilitó que se dicten talleres culturales porque en lo deportivo le va bien, sobre todo porque tiene un jugador de voley muy bueno (risas).

MR: —Sí, y tiene un saque tremendo (risas).

MAF: —Me hace acordar a Milinkovic (risas). A partir de la popularidad de los talleres de deportes, me dije porqué no hacemos algo cultural. Me encanta el deporte, pero también me gusta la parte literaria y Rolo Soria me convenció de hacerlo en la Biblioteca Nicolás Avellaneda.

MR: —¿Cómo se siente como demiurgo de estos personajes, del niño, su madre y este universo?

MAF: —Me preguntaron si es una autobiografía, pero todo me surgió a partir de “San Palito”, de ese niño tímido que escucha el cuento de una abuela malvada. Me quedó en el cerebro esa imagen y me pregunté cómo puede ser este niño tímido. Después fui imaginando el episodio del bullying que le hacen en la escuela. Todo fue armándose solo.

MR: —¿Cuánto tiempo le llevó escribirlo?

MAF: —Me llevó dos meses. Abril y mayo, en junio ya estaba listo el libro. Luego me comuniqué con Constanza Toro, acordamos el costo, lo corrigió, me dio su punto de vista y el libro ya estaba publicado en agosto. En setiembre ya llegó a Tucumán. Todo es invención. Nada es real.

MR: —¿De dónde sacó las ideas que enriquecieron a la original?

MAF: —Este tipo de ideas están en alguna parte del cerebro, porque parece la relación incestuosa entre Nerón y su madre Agripina. Para quienes leyeron “La vida de los doce Césares”, de Suetonio, se van a dar cuenta de que hay una relación entre madre e hijo. También hay una película, que la vi después de publicar el libro, en la que actúa la actriz italiana Ornella Muti, en donde muestra a una burguesía de ese país en donde también hay una relación incestuosa entre madre e hijo. Él no la llamaba madre sino que lo hacía por su nombre de pila. Esas ideas están en algún lado y lo que uno hace es sentarse a escribir y publicar.

MR: —¿Tiene alguna novedad del Espacio de Epicuro?

MAF: —Vuelven en breve los Vernissage del Espacio de Epicuro. Serán virtuales y presenciales para que podamos contar con Inés Cortón, Silvia González, Nancy Olivera y tantos escritores amigos que viven a lo largo y ancho del país. Haremos la cena epicúrea, o sea, comer, beber, como Epicuro, y sobre todo, leer.

*Fundador de Diario Cuarto Poder. Profesor de Letras e Historia, periodista y escritor.

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