Dios los cría y ellos se juntan. El peronismo logró un acuerdo en un puesto clave para sacar o poner jueces.

En una jugada de fuerte impacto político, el peronismo ( Los K y Massistas) en la Cámara de Diputados cerró filas en un acuerdo que logró arrebatarle al Gobierno un sillón en el Consejo de la Magistratura, el órgano estratégico que se encarga de designar y de remover a los jueces.

La movida venía tomando fuerza silenciosamente desde hace dos meses pero se corporizó este viernes: el kirchnerismo, el Frente Renovador, y el peronismo federal, con otras fuerzas de la oposición, juntaron 131 firmas (más de la mitad de la Cámara) y se quedaron así con los dos consejeros por la mayoría, relegado a Cambiemos que reunió 121 firmas, a una sola plaza.

Kirchneristas y Massistas, aliados

La movida opositora entronizó así en la Magistratura al camporista Wado de Pedro y a la massista Graciela Camaño. La tercera plaza por Diputados quedó para el macrista Pablo Tonelli pero Cambiemos debió resignar el lugar del radical Mario Negri, jefe del interbloque, que no podrá renovar. Ambos son consejeros actualmente, pero los mandatos de todos se vencen este lunes.

La principal consecuencia es que la oposición logra bloquear los dos tercios al Gobierno. El Consejo tiene 13 miembros y entre los legisladores, representantes de los jueces y de los abogados, uno del Ejecutivo, y académicos, quedarán 8 oficialistas y afines, contra 5 opositores.

¿Salvar a Cristina y cubrirse las espaldas?

La oposición celebra que de esta manera el Gobierno no tendrá control absoluto y habrá una Magistratura “más equilibrada”. En el Senado los tres lugares quedaron para Miguel Pichetto y la santiagueña Ada Itúrrez de Capellini (también el acuerdo opositor tuvo más firmas), y por el oficialismo la radical riojana Inés Brizuela y Doria.

Para la Casa Rosada la movida en Diputados significa un fuerte golpe. “No nos sorprendió el acuerdo de Sergio y Cristina”, dijeron sin ingenuidad, buscando ligar a Massa y a la ex presidenta en clave de grieta electoral Cambiemos vs. peronismo.

Camaño salió al cruce: “No tenemos nada que ver con el kirchnerismo. Vamos a ir al Consejo con una mirada distinta. Es muy sano que no tengan los dos tercios”, agregó, y desmintió que no pueda ir a la Magistratura porque le faltan años en ejercicio de la abogacía. “Ya no es requisito, e igual tendría los años que hacen falta”.

Aseguran que ahora “todo será más sano”

El jefe del bloque justicialista, el salteño Pablo Kosiner, hizo saber su desacuerdo, y delegó la firma de la bancada en el pampeano Sergio Ziliotto.

“La Justicia aparece cooptada por el Gobierno y esto le da mayor equilibrio al Consejo”, dijo Ziliotto.

La cristinista Vanesa Siley quedó como suplente de De Pedro y el cordobés schiarettista Martín Llaryora, de Camaño. Como parte del acuerdo estos dos últimos se alternarían.

“Me da lo mismo si se sienta Martín o yo, y además a fin de 2019 yo dejo la banca”, minimizó Camaño y recordó la alianza peronista entre Massa y Schiaretti.

Jugada de ajedrez

La movida tiene múltiples lecturas políticas y significa un ajedrez donde cada protagonista movió sus piezas. El principal perjudicado, el Gobierno, que ya daba seguras las sillas de Tonelli y de Negri.

Una fuente parlamentaria de Cambiemos reflexionó en crítica directa a la Casa Rosada: “Esto pasa cuando tu única propuesta es polarizar en minoría. Te votaron el Presupuesto por responsabilidad pero acá mandaron un mensaje”.

La jugada fue devolución de gentilezas porque en 2016 Cambiemos aplicó con picardía una idea del jefe del bloque Pro, Nicolás Massot, para quedarse con un sillón extra en el Consejo -que ocupó Tonelli y “le tocaba” al kirchnerismo- juntando firmas, en lugar de como se venía haciendo, respetando dos sitios para la bancada más numerosa.

Santiago del Estero y Córdoba

En el peronismo distintas fuentes coincidieron que el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, tuvo “las manos atadas” porque Macri lo ha dejado sin juego político. “A Monzó la Rosada no le puede pedir nada. Y los gobernadores lo hicieron con gusto, tienen las pelotas llenas de que les mientan”, pintó el clima un encumbrado legislador opositor.

Hasta el viernes al mediodía había empate y se pujó por las firmas. Terminó de volcar el gobernador santiagueño Gerardo Zamora, con sus seis diputados.

“Pone en valor el voto de la senadora Itúrrez (que le responde) si tiene que negociar con el Gobierno para darle los dos tercios”, se analizó. Y al final y pese a los llamados de Macri a Schiaretti, se sumaron los cuatro diputados de Córdoba al combo panperonista.

fuente. clarín

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