Se comprometieron a negociar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y a normalizar la relación tras la era de Cristina y Dilma.


En la residencia de Olivos, tras una reunión previa que empezó cerca del mediodía, un encuentro con la prensa, y un asado bajo un sol que daba cuenta de la explosión de la Primavera, Mauricio Macri y Michel Temer repasaron ayer la agenda bilateral y externa de la Argentina y Brasil en la era post Cristina Kirchner y Dilma Rousseff.

Los mandatarios acordaron mejorar el comercio bilateral y la inversión, aunque sinceraron los problemas por los que atraviesa cada uno de los países en materia de desempleo e inflación. Ambos buscarán apurar el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y coincidieron en que primero deben arreglar los desajustes y conflictos que producen las barreras arencelarias entre los socios más grandes del Mercosur.

“Reducir la pobreza de nuestros países es algo que nos hemos comprometido como gobiernos, se logra mejorando la educación y generando empleo de calidad. El apoyo a las pequeñas empresas, desarrollo, vinculación con la producción, el mundo es el camino, hay muchas cosas en las que podemos colaborar y acelerar el intercambio entre nuestros países”, dijo Macri en la sala de prensa de Olivos después de recibir a Temer, quien llegó con cierto atraso al país pero destacó que arribaba con una importante delegación de ministros y legisladores. Sin embargo, llamó la atención que ni uno ni otro llevaron empresarios.

Según supo Clarín de quienes participaron en las conversaciones, los presidentes hablaron de armar una mesa de trabajo para incrementar la seguridad fronteriza para combatir el crimen organizado –narcotráfico, terrorismo y trata de personas- con el uso de tecnología. Del lado argentino se reforzará con Prefectura, Gendarmería y la participación de la Fuerza Aérea.

Ayer estuvieron en Olivos los ministros Susana Malcorra (Exteriores), Francisco Cabrera (Producción) Patricia Bullrich (Seguridad) y Julio Martínez (Defensa) además de Alfonso Prat Gay (Hacienda y Finanzas) y Germán Garavano (Justicia). Hablaron de las obras de infraestructura en una hidrovía compartida. Y los brasileños ofrecieron, a través de un trabajo conjunto con la brasileña Embraer, colaborar con la modernización de la flota de Aerolíneas Argentinas para que Macri evalúe la compra de un avión presidencial “hecho en Brasil” y que se puedan hacer en conjunto aviones Gripen para la Argentina sin que contengan componentes británicos, que están prohibidos por un embargo de Londres a este país, que data de 2012.

A decir verdad, ayer en Olivos se presentó la firma de dos declaraciones que ya se venían trabajando y que no tuvieron más que un fin protocolar. Los cancilleres suscribieron el Programa Ejecutivo Cultural para el período 2016-2018. Y los ministros de Producción dos acuerdos sobre diálogo y facilitación para el comercio y el desarrollo productivo y de simplificación de procedimientos de comercio exterior para micro y pequeñas empresas.

En diálogo con Clarín, Malcorra señaló que lo importante del encuentro presidencial de ayer fue que se estableciera una “hoja de ruta” con un socio al que va el 40% del comercio argentino. Ambos países atraviesan momentos difíciles y no lo ocultan dijo la Canciller. Efectivamente, en los últimos cinco años, esa situación hizo que el comercio bilateral cayera más del 46% según los últimos números de la consultora Abeceb. Macri y Temer comparten su visión de la macroeconomía y de la política exterior. El argentino fue el primer gobernante regional en reconocerlo tras la destitución de la ex presidente Dilma Rousseff a fines de agosto.

Ambos muy serio en todo momento –como dos hombres y dos gobiernos que comparten una visión de la economía y del mundo externo pero que no se conocen y no tienen confianza entre sí- no atinaron a reir en público, pero Macri amagó un intento de aflojar la solemnidad cuando, dijo que “en el marco de la globalización que hay en estos tiempos” comparten “una agenda ambiciosa de cara al futuro”, que el objetivo era el de “potenciar y ampliar” la relación comercial en el Mercosur. “Estamos muy cerca del Brasil, más allá de la rivalidad futbolística”, definió.
Fuente: Clarín

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