En el Gobierno admiten que el candidato de la oposición es “un hábil orador”, pero creen en la experiencia de gestión del presidente para vencerlo ante la opinión pública y así sumar puntos y vencerlo en el balotaje.

En el Gobierno admiten que el candidato de la oposición es “un hábil orador”, pero creen en la experiencia de gestión del presidente para vencerlo ante la opinión pública

A continuación, Macri perdió con Aníbal Ibarra en el balotaje de la ciudad de Buenos Aires y Fernández fue designado jefe de Gabinete por Kirchner. Y lo que no sucedió cerca del Obelisco en 2003, ocurrirá el 13 de octubre en Santa Fe, adonde el líder de Juntos por el Cambio y el candidato del Frente de Todos se saludarán por primera vez para protagonizar un debate presidencial que tendrá impacto en la carrera hacia Balcarce 50.

Macri aprovechará su exiguo tiempo en el debate obligatorio explicitando las medidas de gobierno. Marcos Peña está al frente del equipo de campaña y su misión consiste en “editar” toda la información que se maneja en la Casa Rosada y que siempre se pone a disposición del presidente.

No habrá sparrings porque no habrá cruces entre los candidatos presidenciales, y el entrenamiento previo sólo servirá para ajustar el discurso electoral y evitar que la chicharra interrumpa el remate proselitista. Sí se entrenará la actitud ante la cámara, que estará con el orador cuando le toque, y se abrirá cuando se haga la presentación y se muestre al recinto con los candidatos a presidente.

Para Macri y sus asesores de campaña, un momento clave del debate ocurrirá cuando Macri y Fernández se crucen ante las cámaras de televisión. Jamás se dieron la mano, desconfían el uno del otro y el primer contacto -aseguran en Gobierno- tendrá significancia política y electoral. Macri y Peña ya no buscarán sorprender como ocurrió en el debate con Daniel Scioli, y todo apuntará a exhibir al presidente con un discurso reivindicativo de su gobierno y con proyección hacia el período 2019-2023.

En este contexto, Macri, Peña y su equipo de asesores analizan cómo incluir en la estrategia de debate un cuestionamiento puntual a las propuestas de fondo que ejecutaría Fernández en su eventual Gobierno. Se trata de un mix discursivo: balance de gestión, presentación del plan de gobierno 2019-2023 y cuestionamiento quirúrgico a las propuestas del Frente de Todos y al pasado cercano de Cristina Fernández de Kirchner.

Macri asume que es complejo achicar las distancias con Fernández -16 puntos de diferencia-, pero decidió dar la batalla electoral. En Casa Rosada sostienen que hubo fraude, que muchos votantes de Fernández ya se arrepintieron y apoyarán a Juntos por el Cambio, que aumentará la cantidad de votantes en relación a las PASO y que el modelo de campaña estilo “caravana” permite más cercanía con la gente y la posibilidad de “capturar” votos de Roberto Lavagna y José Luis Espert.

fuente: infobae

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