colectivos
Por Marcelo Pérez – Diario Cuarto Poder / El último paro realizado por la Unión Tranviaria Automotor (UTA), que dejó sin el servicio de colectivo a los tucumanos, fue una muestra clara del poder que ostentan algunos gremios para lograr sus objetivos, sin importarles si dañan a la provincia, al país y al resto de los trabajadores. Pasa igual con los bancarios, los gremios aeronáuticos o los camioneros. Son servicios esenciales y por lo tanto debería ser obligados a dejar guardias o servicios mínimos.

Con aumento y todo, igual hacen paro

El lunes pasado fue un día clave para evitar el paro de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), y pese a que se accedió al reclamo, igual fueron a la huelga.

De acuerdo a la información, desde el sector empresarial accedieron pagar la totalidad del acuerdo salarial, con un aporte extraordinario de la provincia (intervino el gobernador Osvaldo Jaldo) para llegar a una solución. Sin embargo, desde la Delegación de UTA Tucumán dijeron que igual iban al paro porque no iban a ir en contra de una decisión del gremio a nivel nacional. Y siguieron adelante con la medida.

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El último paro de colectivo pudo evitarse, pero el gremio en Tucumán siguió adelante.

Ni solidarios ni empáticos

La Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (AETAT) les había propuesto al gremio local un acuerdo salarial beneficioso para los choferes tucumanos, en paralelo a la negociación nacional entre el sindicato y la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros. Pero igual pararon. Perjudicaron a los tucumanos que no pudieron ir a sus lugares de trabajo, ni los chicos ir a las escuelas.

“No pueden someter a todo el Interior, si hay jurisdicciones, como en este caso Tucumán, que tienen voluntad de cerrar la negociación salarial”, expresaron desde El sector empresario local, luego de conocer que el paro seguía en pie.

Pararon porque sí

Dejaron a toda una provincia sin el servicio de colectivo, pese a que le otorgaron un sueldo de $150.000 mensual más otros beneficios, y todo porque la Federación Nacional buscaba cerrar acuerdos en otros distritos. Algo ilógico tener que pagar en Tucumán los desajustes del sector en Chubut, La Rioja o Chaco, por ejemplo. ¡Con todo el esfuerzo que hace la provincia para recuperarse, tras la larga pandemia y la crisis económica!

Los gremios desde hace muchos años vienen manejando a los gobiernos, exigiéndoles que les solucionen su cuestiones salariales, con empresas privadas incluso, perjudicando e inmiscuyendo a todos en sus negociaciones y problemas, tomando de rehén al pueblo. Cortando servicios, tomando calles, o cerrando escuelas.

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La Bancaria hace paros terribles tomando de rehén al pueblo para lograr su cometido.

¿Hasta cuándo?

No puede ser que si un empresario del transporte de pasajero se le ocurre no pagar el sueldo en tiempo y forma a sus empleados, o no les otorga el aumento solicitado en paritarias, sea el pueblo el que sufra las consecuencias, toda vez que se trata de servicios esenciales.

Hacen los mismo los de La Bancaria, que toman de rehén al pueblo cada vez que piden aumentos salariales, hacen huelgas y hasta dejan sin dinero a los cajeros automáticos para dañar más. Son inescrupulosos.

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El gremio de Camioneros actúa muchas veces al límite de la ley con sus reclamos.

Los camioneros derraparon

También los camioneros, dirigidos por Hugo y Pablo Moyano, manejan al sector como verdaderos déspotas, amenazando, boicoteando y bloqueando entrada y salida de camiones en pequeñas empresas si éstas no se ajustan o ceden a sus requerimientos gremiales. Muchas veces son reclamos desfasados y exagerados.

Hace poco, bloquearon todo un pueblo (San Pedro) en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, y amenazaron con dejar sin alimentos a los vecinos si la jueza no liberaba a dos delegados gremiales acusados por amenazas y extorsión. Por su puesto, ambos gremialistas a las pocas horas fueron liberados para evitar un  caos mayor. Encima, la jueza María Eugenia Maiztegui, luego de mucho hostigamiento mediático por parte del gremio, terminó pidiendo licencia por estrés.

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Roberto Baradel, titular de SUTEBA, es el “dueño de las clases”.

Baradel, el dueño de las clases

El pueblo es cautivo, además, de gremios inescrupulosos que hacen política con el cargo, sin importar si perjudican a cientos de miles de alumnos, con tal de sumar méritos a su quintita. Es el caso de Roberto Baradel, titular del gremio docente de SUTEBA, quien no tuvo problema de hacerle tantos paros como pudo al anterior gobierno, con mucha menos inflación y problemas salariales que los docentes soportados actualmente.

Es que en menos de 4 años de gestión, Macri sufrió la misma cantidad de paros que los acumulados en los tres mandatos del kirchnerismo. Así lo indica un informe de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral.

Y hoy, ese actuar inescrupuloso, se nota en el nivel educativo de los alumnos argentinos. Muchos no saben leer ni escribir,  hay un fuerte abandono en la Secundaria y muy pocos ingresan a la universidad. Otros tantos, por la mala preparación, abandonan en el primer año.

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Las aulas vacías por reclamos gremiales. Los chicos, los más perjudicados.

El diputado del PRO, Alejandro Finocchiaro, planteó la idea de declarar a la Educación como servicio estratégico y esencial, para que haya clases en los días que haya paros, reconociendo que muchos gremios, como SUTEBA, actúan más movidos por la política que por la defensa de los trabajadores: “Recuerdo cuando SUTEBA hizo un paro preventivo en diciembre a Macri por si no los convocaba a paritarias en marzo. Y (Roberto) Baradel en la primera paritaria con el Gobierno de Alberto Fernández logró un 0% de aumento, sólo incrementó el material didáctico y los bonos que no impactan en el salario mientras que a nosotros nos hicieron 10 paros”, apuntó.

Un gesto de patriotismo

Teniendo en cuenta la crisis económica que vive el país, con una deuda externa que pagar, con alta inflación, con elevado índice de pobreza, indigencia y desempleo al tope, debería haber un acuerdo social urgente, que impida a estos gremios inescrupulosos dirigir los destinos del país, con sus metodologías extorsivas de peticionar.

Así, bancos, escuelas y transportes aéreos, de pasajeros, de mercadería, combustibles y caudales, deberían declararse “esenciales” y no parar totalmente cuando realicen reclamos sus gremios, teniendo en cuenta que el derecho a huelga es constitucional también lo es el bien común.

Como sucede con los médicos en el sector de la Salud, la Policía o los controladores aéreos. Deberían dejar una guardia mínima para que la gente y el país sigan andando. Hoy no estamos para “tirar manteca al techo” y hacer paros totales tampoco.

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