Durante el juicio por el crimen, Mauricio Nahuel Fernández confesó el crimen y pidió clemencia al Tribunal que lo condenó a prisión perpetua.

Mauricio Nahuel Fernández, el ladrón que entró a robar a una casa de Boulogne y asesinó a Federico Sáenz, un programador de 41 años al que estranguló con un cable HDMI y tiró a la pileta, fue condenado a prisión perpetua. Durante el juicio, el homicida admitió el crimen, pidió disculpas y “misericordia” a los jueces.

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